Los pacientes infectados por la COVID-19 que debido a su gravedad, han sido sometidos a una intubación para facilitar su respiración presentan peligrosas alteraciones principalmente en la voz y durante la deglución de alimentos.
Al 40% de los pacientes dados de alta les cuesta mucho volver a hablar, reír, gritar y hasta comer con normalidad. Esto debido a que el tubo ingresado para la ventilación mecánica recorre desde los labios hasta la tráquea, interponiéndose entre las cuerdas vocales y al ser un cuerpo extraño, causa ciertas laceraciones durante la intubación y extubación.
“Cuando el paciente sale de alta puede presentar afonía total o una voz bastante baja, incluso tiende a agitarse al hablar o trata de elevar la voz y el sonido, simplemente, no aparece. Esto es normal, pero si pasadas las 48 horas del alta médica la situación no mejora entonces podríamos estar hablando de una alteración a la voz causada por la COVID-19”, afirma el Dr. David Parra, especialista en terapia del lenguaje del hospital Almenara de EsSalud.
Otro de los primeros síntomas que evidencian una alteración, por ejemplo, se presenta cuando el paciente trata de tomar agua pero sufre de un atoro o atragantamiento, acompañado de tos sin embargo, la voz sí puede recuperarse al 100% siempre y cuando se trabaje en ello.
Los ejercicios y actividades respiratorias ayudarán a contrarrestar las alteraciones a la voz causadas por la intubación por COVID-19. “Podemos emitir sonidos como vocales o palabras haciendo sobresfuerzo. Tomamos aire y decimos “Hola”, alargando la voz en las vocales. Esto nos va a favorecer a tener mayor cierre glótico, es decir, mejor control de la salida de aire, volumen y timbre de la voz”, recomienda el especialista del Seguro Social.
Para realizar estos ejercicios no debemos tomar aire a nivel pulmonar sino debemos hacerlo inflando el abdomen y luego ir proyectando la voz. Existen otras actividades que podemos hacer desde casa, por ejemplo:
-Hablar lo mínimo posible los dos primeros días del alta para reposar las cuerdas vocales.
-Suave masaje laríngeo con los dedos, desde la base hacia arriba.
-Entrenar una adecuada respiración para fortalecer los músculos.
- Evitar consumir sustancias irritantes.
-No hacer gárgaras.
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Lo ideal es tener entre 8 a 10 sesiones, que pueden ser dos veces o una vez por semana dependiendo de las características del paciente COVID-19. En paralelo, es importante trabajar las características de la deglución, entre 3 a 4 veces al día.
“Todo el proceso de rehabilitación debe ser acompañado por una buena ingesta de agua a temperatura ambiente. Evitar gritar y hacer garraspeos”, finaliza el especialista de EsSalud.