Demi Lovato fue entrevistada en el podcast Pretty Big Deal de Ashley Graham donde reveló los trastornos alimenticios que había pensado superar, luego de combatirlos por varios años; sin embargo, se dio cuenta justo a tiempo que estaba cayendo en una realidad alterna.
“Pensé que había encontrado la recuperación, cuando en realidad no lo hice”, fueron las primeras declaraciones de la cantante estadounidense cuando le mencionaron sobre sus problemas alimenticios.
El estricto régimen de ejercicios y dieta que estaba siguiendo por un “especialista” no hacía nada más que perjudicarla, llevándola a subirse de peso de manera abrupta tal como se vio reflejado en sus fotografías publicada en su Instagram.
“Estaba cansada de arrojarme al suelo con entrenamientos y dietas extremas. Pensé que los últimos años fueron la recuperación de un trastorno alimentario, pero en realidad estaba cayendo completamente en eso de nuevo. Y me di cuenta de que quizás mis síntomas no eran tan obvios como antes, pero definitivamente fue un problema de alimentación”, narró Demi Lovato.
La artista también reconoció que permanecía casi toda la semana metida en el gimnasio con el objetivo de mejorar su apariencia; sin embargo, esa decisión la estaba llevando por un camino equivocado.
“Estaba en esa situación, y simplemente me estaba tirando al suelo. Honestamente, creo que eso fue lo que llevó a que todo sucediera durante el año pasado, pensé que había encontrado la recuperación cuando no lo hice, y luego viví esta mentira y traté de decirle al mundo que estaba feliz conmigo misma cuando realmente no lo estaba”, agregó.
Cabe resaltar que Demi Lovato está preparando su regreso musical donde se espera que muestre una nueva versión, dejando de lado los estereotipos que sobrevuelan nuestra sociedad.
Para dejar la comida, la cantante se encerró en el gimnasio. A los 20 años solo se dedicaba a ejercitar su cuerpo y lucirlo en las redes sociales. Se convirtió en una obsesión. "Hubo momentos en que viví en el gimnasio", confesó.
Una investigación publicada en la revista 'Eating and Weight Disorders' señaló que las personas con trastornos alimentarios tienen cuatro veces más posibilidades de añadir la adicción a la actividad física.
Otro estudio, señaló que el 40 % de quienes habían desarrollado bulimia también se aplicaban al ejercicio compulsivo. "Muchas mujeres con dependencia del ejercicio simplemente no comen si no han hecho ejercicio. El ejercicio puede convertirse en una forma de controlar, mantener el control de la alimentación", explica Pirkko Markula, profesor de Estudios Socioculturales de la Actividad Física en la Universidad de Alberta.
"Si estás haciendo ejercicio en secreto, inflexible sobre tu rutina de ejercicios, aislándote de amigos o familiares y sintiendo culpa o vergüenza de hacer ejercicio... que nunca es suficiente, que lo haces incluso cuando tu cuerpo no tiene ganas...Es hora de consultar a un profesional", explica la doctora Susan Albers-Bowling, psiquiatra y psicóloga en la Universidad de Cleveland.