Cuando se escucha hablar de temblores corporales, muchas veces lo asociamos al frío; sin embargo, existen otros factores como la deshidratación que pueden provocar esta reacción de nuestro cuerpo que debemos estar atentas.
La deshidratación hace que nuestro cuerpo no pueda funcionar como debería por la falta de agua y se hace presente mediante síntomas como los temblores, que aunque sea una reacción rara, deben ser considerados.
Ante ello, Carolina Barrientos, especialista en salud del adulto mayor y académica de Enfermería de la U. San Sebastián explica que la deshidratación está asociada a una disminución del sodio en el organismo producto de la baja ingesta de líquidos, lo cual provoca que el cuerpo tiemble.
La especialista comentó que a diferencia de los niños, las personas mayores no sienten el reflejo de la sed tan intenso, por lo que es más fácil deshidratarse.
Eso sumado a las “altas temperaturas, exposición directa al sol como le ocurrió a la mandataria alemana y la pérdida de líquido por sudoración, desencadenan episodios de deshidratación que pueden derivar en mareos y confusión”.
“Si bien en las personas sanas, una baja ingesta de líquidos no conlleva un riesgo inmediato porque existen mecanismos corporales que permiten compensar la situación, las personas mayores son especialmente susceptibles a estos episodios”, explica la experta mientras brinda algunas recomendaciones.
- Ingerir 1 a 1.5 litros de líquido al día
- Considerar que ante situaciones de estrés las necesidades de ingesta hídrica se incrementan.
- Utilizar gorros, sombrillas al sol para protegerse, así como ropa ligera
En invierno, tampoco se debe descuidar la ingesta de líquidos. “Los requerimientos del cuerpo siempre van variando, por lo que es necesario mantenerse hidratado para favorecer las funciones fisiológicas corporales”, destacó la académica.