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20 Mar 2024 | 16:41 h

Mujer de 81 años MURIÓ tras extirpar el FETO CALCIFICADO que llevó durante 56 años: ¿Cómo es posible?

Una octogenaria de Brasil fallece tras una intervención quirúrgica para remover un feto calcificado que permaneció en su cuerpo durante 56 años, como resultado inusual de un embarazo ectópico.

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    Mujer de 81 años MURIÓ tras extirpar el FETO CALCIFICADO que llevó durante 56 años: ¿Cómo es posible?

    Una mujer de 81 años, Daniela Vera, falleció en Brasil después de ser operada para remover un feto que había estado muerto en su vientre por 56 años. Vera, que había estado experimentando molestias abdominales, no fue diagnosticada con el feto calcificado hasta poco antes de su muerte.

    Originaria de Aral Moreira, cerca de la frontera con Paraguay, fue inicialmente tratada por una infección urinaria el 10 de marzo tras visitar un centro de salud.

    A pesar de tener siete hijos y 40 nietos, las pruebas no revelaron la presencia calcificada del feto hasta que se le realizó un diagnóstico de litopedion, una rareza médica, en el Hospital Regional de Ponta Porä mediante imágenes 3D.

    El cuerpo de Vera no absorbió al feto muerto, sino que lo encapsuló en calcio dentro de su cavidad abdominal. Su condición se deterioró después de recibir tratamiento para la infección urinaria y fue sometida a cirugía el 14 de marzo para extraer el feto, pero lamentablemente falleció al día siguiente en la unidad de cuidados intensivos.

    La causa de su muerte fue atribuida a una infección por el Dr. Patrick Dezir de Ponta Porä. "Cuando se produce un embarazo, debe ocurrir dentro del útero, pero en algunas situaciones el embarazo puede ocurrir fuera", dijo Dezir. "Ese bebé no fue clínico, la paciente no tuvo dolor agudo ni tuvo sangrado importante y este diagnóstico pasa desapercibido y el tiempo se encargará de ese cuerpo extraño que quedó dentro del abdomen de la mujer".

    Este explicó que, aunque los embarazos deben ocurrir dentro del útero, en casos raros pueden suceder externamente, lo que en el caso de Vera pasó desapercibido hasta que el diagnóstico se hizo evidente por radiografías, una situación que, según los Institutos Nacionales de Salud, suele ser asintomática.