El estrecho lazo del papa León XIV con el Perú se inició hace casi 40 años, cuando arribó al país como misionero agustino, y se fortaleció posteriormente durante su servicio como obispo en Chiclayo.
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Luego del histórico cónclave número 267, el humo blanco confirmó la elección del sucesor del papa Francisco: Robert Francis Prevost, un cardenal de 69 años nacido en Chicago, Estados Unidos.
A pesar de su origen norteamericano, el papa León XIV también posee la nacionalidad peruana, un detalle que ha generado gran interés en toda América Latina.
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La relación de Prevost con el Perú comenzó en 1985, cuando arribó como parte de una misión agustina. Tres años después de ser ordenado sacerdote, regresó al país para dirigir el seminario de la Orden de San Agustín en Trujillo. Permaneció allí durante diez años, ganándose el afecto de la comunidad religiosa local.
En 2014, Prevost volvió al Perú para desempeñarse como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo, y más adelante fue designado obispo titular de esa jurisdicción. En cumplimiento de las disposiciones del concordato entre la Santa Sede y el Estado peruano —que establece que los obispos deben contar con nacionalidad peruana— inició el trámite correspondiente y finalmente adquirió la ciudadanía.
Además de su rol en Chiclayo, Prevost fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana entre 2018 y 2023, y administrador apostólico del Callao entre 2020 y 2021, reforzando aún más sus vínculos con la Iglesia en el país.
El nuevo pontífice también ha revelado detalles de su vida personal, incluyendo su afición por el deporte. “Me considero un gran aficionado al tenis. Desde que dejé Perú tuve pocas ocasiones de practicar, así que estoy deseando volver a las canchas”, confesó en una entrevista, según se lee en el portal ESPN.