Un hombre que acudió a confesarse en la Catedral del Cusco terminó agrediendo violentamente al sacerdote en plena ceremonia. El hecho generó conmoción entre los feligreses y fue condenado por el Arzobispado.
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Un hecho que ha dejado atónita a la comunidad cusqueña ocurrió la mañana del 7 de abril en uno de los templos más emblemáticos del país. Un hombre que ingresó a la Basílica Catedral del Cusco supuestamente para confesarse, terminó protagonizando un acto violento: golpeó al sacerdote que lo atendía, en medio de un momento de recogimiento religioso.
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El monseñor Israel Condorhuaman Estrada se encontraba cumpliendo su labor pastoral cuando, sin previo aviso, fue atacado físicamente por el sujeto, ante la mirada atónita de los feligreses presentes. Testigos relataron que el hombre parecía tranquilo al ingresar al confesionario, pero repentinamente perdió el control y agredió al sacerdote.
El ataque ocurrió dentro del recinto sagrado y fue tan repentino que solo la rápida reacción de los asistentes evitó que la situación pasara a mayores. Varios feligreses lograron reducir al agresor antes de que la Policía Nacional del Perú llegara al lugar para intervenir.
Al momento de su detención, el atacante no llevaba consigo ningún documento de identidad, lo que complicó su identificación inicial. Fue trasladado de inmediato a la comisaría del Cusco, donde quedó en calidad de detenido por el delito de agresión física.
Las autoridades han iniciado una investigación para determinar qué motivó al sujeto a actuar de manera tan violenta en un espacio destinado a la paz y el recogimiento espiritual.
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Horas después del ataque, el Arzobispado del Cusco emitió un comunicado público condenando el acto de violencia. En él, expresaron su respaldo absoluto al monseñor Condorhuaman y exigieron que se proteja a quienes ejercen funciones religiosas en espacios públicos y sagrados.
“La agresión sufrida por nuestro sacerdote no solo es un acto de violencia contra una persona, sino una ofensa a toda la comunidad creyente”, señala el texto del Arzobispado. También reiteraron su confianza en que las autoridades actuarán con diligencia para esclarecer los hechos y sancionar al responsable.
Este insólito suceso ha despertado preocupación entre los miembros de la Iglesia y la ciudadanía en general, al poner en evidencia la vulnerabilidad incluso en espacios considerados seguros como los templos. La comunidad exige que se refuercen las medidas de seguridad en recintos religiosos, especialmente ante la cercanía de celebraciones litúrgicas de gran convocatoria.
Mientras tanto, el sacerdote agredido se recupera de forma estable y continúa recibiendo el respaldo de la Iglesia y sus fieles. La investigación continúa y se espera que en los próximos días se conozca la identidad y los motivos del agresor.
