Menor de edad fue acusado por su tío de haberle hecho brujería a su abuela, quien falleció por tuberculosis.
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Un espeluznante caso ha conmocionado a la comunidad nativa de Chiquitavo, en la provincia de Atalaya, Ucayali. Un niño de 11 años fue enterrado vivo junto al cadáver de su abuela, tras ser acusado injustamente de practicar brujería y provocar su muerte.
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El menor fue llevado hasta la tumba por su propio tío, Rubén Sabino Oviriano, quien, influenciado por un brujo local, creyó que el niño era responsable de la enfermedad que acabó con la vida de su madre. En un acto de furia, lo ató, lo metió en un costal y lo enterró a un metro de profundidad, sin imaginar que sería descubierto.
Horas después del entierro, varios comuneros que pasaban cerca del sepulcro escucharon gemidos y llantos apagados. Alarmados, cavaron desesperadamente hasta encontrar al menor, aún con vida, dentro del costal.
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El juez de paz de Oventeni, Jesús Abel Pacheco Vásquez, confirmó que Rubén Sabino actuó motivado por supersticiones y la influencia de un chamán que lo convenció de que su sobrino era un “brujo”.
Tras el impactante rescate, el niño fue entregado a su padre biológico, quien no dudó en presentar una denuncia contra el agresor. Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar las responsabilidades y aplicar las sanciones correspondientes.
