Un local con años de trayectoria obtuvo el reconocimiento. Desde una elaboración sencilla hasta la inclusión de especias peruanas como el ají panca y el huacatay, este restaurante ha refinado el sabor del plato emblemático.
El exquisito pollo a la brasa se considera uno de los mejores platos de la cocina peruana. No solo es un platillo que tiene un sitio destacado en el gusto de millones de peruanos, sino que ha conseguido cruzar fronteras debido a su característico sabor distintivo, su piel dorada y crujiente, y sus acompañamientos imprescindibles: ensalada, papas fritas y las tradicionales salsas que realzan su sabor.
Anualmente, los Premios Summum convocan a las personalidades más prominentes de la escena gastronómica del país, como Gastón Acurio, Virgilio Martínez y Micha Tsumura, para honrar a los mejores restaurantes y chefs. No se limita únicamente a festejar la alta gastronomía, sino que también busca apreciar el impacto global que la cocina peruana ha logrado, desde sus influencias andinas hasta su estilo contemporáneo que cautiva al público internacional.
En esta edición, uno de los grandes triunfadores fue La Granja Azul, un restaurante situado en el distrito de Ate, Lima, conocido como el hogar del mejor pollo a la brasa del Perú. Se destacó en la categoría de 'Mejor pollo a la brasa'.
La Granja Azul se inauguró oficialmente el 5 de febrero de 1950 y, desde entonces, ha sostenido su lugar como uno de los destinos gastronómicos más apreciados del país. En su menú original, el pollo a la brasa se cocinaba únicamente con sal, pero con el tiempo se añadieron ingredientes nativos como el huacatay y el ají panca, dando lugar a una receta que continúa fascinando a generaciones.
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El Día del Pollo a la Brasa se celebra cada tercer domingo de julio, una fecha dedicada a rendir homenaje a uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía nacional. Este día, los peruanos se reúnen en familia y amigos para disfrutar de esta deliciosa preparación, que combina un sabor inconfundible con sus clásicos acompañamientos, como papas fritas y ensaladas. La celebración busca no solo deleitar el paladar, sino también reconocer la importancia cultural de este plato en la identidad peruana.
El evento ha ganado popularidad en los últimos años, convirtiéndose en una ocasión especial para restaurantes y amantes del pollo a la brasa. Durante esta jornada, se organizan promociones y actividades en diversos establecimientos, lo que contribuye a fortalecer la tradición culinaria. Además, se realizan concursos y festivales que destacan la diversidad de recetas y estilos de preparación, celebrando así el legado de este querido platillo que ha cruzado fronteras y conquistado paladares en todo el mundo.