César Hildebrandt se mostró a favor de que se cambie la Constitución Política del Perú y que este es un momento adecuado para llevar a cabo la reforma. En esa línea, el periodista instó a recordar lo que hizo el fujimorismo en su momento, gracias a las variaciones que se le hizo a la Carta Magna.
“Ahora, más que nunca, hay que cambiar la Constitución que perpetró el fujimorismo. Habrá que hacerlo sin Bermejo y sin Cerrón, sin alaridos ni amenazas bolivarianas, sin ahuyentar capitales ni crear pánico, sin Bellido y sin fomentar la inflación o el resentimiento social, pero habrá que hacerlo. Es casi un deber sanitario”, detalló en su semanario Hildebrandt en sus trece.
Del mismo modo, opinó que al implementar una nueva Carta Magna nos desharemos de una “tutela principista impuesta por una banda que saqueó el país y pudrió todo lo que rozó”, ya que con las normas aprobadas durante el periodo del gobierno del dictador Alberto Fujimori “el egoísmo se convirtió en norma, la educación en negocio tramposo, la salud en opción inalcanzable para los más pobres”.
“Necesitamos una nueva Constitución porque precisamente la derecha la ha convertido en santo grial. ¿Qué tiene de sacro e inmutable un texto hecho en plena dictadura (…) que solo lo privado es bueno y que el Estado es un obstáculo para el emprendedurismo, la libertad, y la plenitud de la democracia?”, cuestiona el polémico periodista.
De otro lado, César Hildebrandt observó el accionar de la derecha respecto a la defensa férrea que ejercen para evitar los intentos de generar un cambio en la Constitución, pues asevera que han dejado un “claro mensaje” sobre la permanencia de las leyes aprobadas en 1993.
“Podremos perder las elecciones, pero no nos podrán cambiar la Constitución. En resumen, no interesa quién esté en Palacio: lo que importa es que el gran contrato, la Constitución del 93, no se cambia. Esa es la garantía que consideramos no negociable, y si insistes, vamos a la guerra civil, al atoro de la ingobernabilidad, al periodicazo que te noquea cada 24 horas, a la encuesta que te escuelea, al dólar que zumba, a la calificadora que rezonga, a los transportistas que te pararán la sangre, al vargasllosismo de ecos ibéricos”, analizó Hildebrandt.