Lo que algunos pensaron que solo podría suceder en una película, actualmente están siendo testigos de la historia que se viene desarrollando con el caso del proceso del ministro de Trabajo Iber Maraví.
Dos testigos en cuyas declaraciones citaron al ministro Iber Maraví Olarte para desvirtuar que se relacionó con Sendero Luminoso entre 1980 y 1981 sí eran terroristas y escaparon del penal de Huamanga el 2 de marzo de 1982.
Se trata de Víctor Cconislla Reyes y Alfredo Silvera Flores, quienes afirmaron a los jueces que la policía los torturó para implicar a varios falsamente como terroristas, entre ellos a Iber Maraví. Menos de un año después, Sendero Luminoso atacó el penal de Huamanga donde se encontraban y se reintegraron a las actividades terroristas.
Por ello, durante la sesión de interpelación del jueves, Maraví manifestó que fue absuelto por la justicia, luego de que su defensa demostrara que las personas que lo señalaron como combatiente senderista, Víctor Cconislla Reyes y Alfredo Silvera Flores, declararon que fueron golpeados por efectivos de la policía para imputar falsamente a Iber Maraví que perteneció a la organización terrorista.
Pero la historia continúa. El 21 de mayo de 1981, cuando fueron citados por los tribunales, Víctor Cconislla y Alfredo Silvera expresaron que no era cierto que eran senderistas y rectificaron la acusación que formularon contra Maraví. Menos de un año después, escaparon de la cárcel durante una acción armada de Sendero Luminoso, el 2 de marzo de 1982.
Según Maraví, en los atestados policiales se recogieron las manifestaciones de los declarantes Víctor Cconislla Reyes y Alfredo Silvera Flores, en los cuales se imputan presuntos delitos. Sin embargo, posteriormente en la parte instructiva ante el Poder Judicial, estas mismas personas señalaron que no habían declarado de esa manera, que no lo conocían y que no participó en ninguno de los hechos referidos por ellos.
Aunque les parezca increíble, ambos implicados, el 2 de marzo de 1982, junto con otros notorios cabecillas terroristas, escaparon de la cárcel de Huamanga.
Pero eso no es todo, según un informe del diario La República, en lo que significó la primera acción armada significativa de Sendero Luminoso desde que inició sus violentas actividades, el 17 de mayo de 1980, varios contingentes asaltaron el presidio y consiguieron excarcelar a alrededor de medio centenar de sus compañeros.
Y la historia no llega a su fin, porque entre ellos se encontraban Víctor Cconislla Reyes y Alfredo Silvera Flores, los mismos que habían declarado que los forzaron a autoinculparse como senderistas. Los mismos que la defensa de Maraví presentó para afirmar que había sido imputado falsamente, logrando que el tribunal desestimara abrirle juicio.
Durante su presentación ante el Congreso, el ministro Iber Maraví prefirió no mencionar que Víctor Cconislla y Alfredo Silvera fueron liberados de la prisión por parte de sus compañeros senderistas.
Según el diario La República, que tuvo acceso a un documento policial que acredita los nombres y apellidos de los presidiarios que se evadieron por la acción terrorista del 2 de marzo de 1982, en la relación aparecen Víctor Cconislla y Alfredo Silvera, precisamente las personas cuyos testimonios mencionó Iber Maraví en su defensa ante el Congreso.
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Ambos habían argumentado que acusaron a Iber Maraví por haber sido torturados por efectivos de la entonces Policía de Investigaciones del Perú (PIP). Y así lo dijo Maraví ante el Congreso. En la misma relación de evadidos del Centro de Rehabilitación y Adaptación Social (CRAS) de Huamanga son consignados también Edith Lagos Sáez y Orestes Urriola Gonzales. Ambos fueron parte del mismo caso en el que estuvo involucrado Iber Maraví Olarte.
Por si fuera poco, Juan Alarcón no solo implicó a Edith Lagos, Orestes Urriola e Iber Maraví como parte del primer aparato partidario senderista en la capital de Ayacucho. También identificó a Cresencio Sáez Román, Claver Cuba Delgadillo y Antonia Auris Ñañez. Todos huyeron del penal de Huamanga como resultado del asalto senderista. Por no haber contado completa la historia, Maraví no ha sido convincente ante el Congreso que lo interpeló.
Entre fugados del penal de Huamanga en 1982 aparecen Víctor Cconislla y Alfredo Silvera, quienes al principio acusaron a Maraví. También Edith Lagos y Orestes Urriola, del mismo grupo.