Las construcciones en Lima tienen mayor o menor vulnerabilidad ante los sismos debido al suelo donde se ubican, pero sobre todo a cómo fueron edificadas, advirtió Carlos Zavala, director general del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID) de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
“Las zonas que tienen mayor riesgo son las que tienen suelo flexible: Villa El Salvador, las playas del sur, como San Bartolo, entre otras. Por el norte tenemos Ventanilla, Comas, Independencia y San Juan de Lurigancho, especialmente las zonas ubicadas en las colinas, donde las viviendas son muy vulnerables”, detalló en entrevista con la agencia Andina.
Son frágiles, sostuvo, porque han sido autoconstruidas con materiales no apropiados para darle sostenibilidad, seguridad y flexibilidad frente a un sismo.
“Utilizan ladrillos tubulares, que no son aptos para construir paredes portantes, de acuerdo con la normatividad vigente. En el Perú la gente autoconstruye con el material más barato. No saben que por carga de gravedad pueden funcionar, pero cuando venga la carga de un sismo fuerte no van a resistir y perderán su inversión”.
El experto dejó en claro que una construcción con ladrillos tubulares resiste 50% menos que otra edificación con ladrillos de fábrica e incluso los de tipo sólido artesanal.
Ni siquiera es un tema de costos notable, agregó, porque la diferencia entre el ladrillo tubular y el artesanal es menor al 30% del costo.
“Es básicamente porque los engañan, les ofrecen ese ladrillo que lamentablemente es una inversión desperdiciada porque tras un sismo fuerte no van a poder reparar la casa, porque será muy caro hacerlo. En muchos casos habrá que demolerla”, alertó.
El doctor en ingeniería indicó que la autoconstrucción es un problema antiguo. “Si hablamos de Lima solo el 20% de vivienda construidas han pasado por una inspección del municipio, han tenido planos y un arquitecto. El 80% no ha tenido nada de esto”. Lomo de Corvina.
El ingeniero Zavala manifestó que los suelos flexibles, como los de zonas aledañas al río Rímac, el Callao, Ancón entre otros, no son ideales para construir. Son suelos arenosos, con una napa freática inestable debido a que el agua subterránea está muy próxima.
Desaconsejó construir en la zona conocida como Lomo de Corvina por el mismo motivo.
Recordó que, en Pisco, frente a la playa Hawai había un acantilado que se hundió tres metros tras el terremoto del año 2007. Lo mismo ocurrió en la zona de Tambo de Mora. Lo mismo podría pasar en Lurín donde humedales muy cerca y otras zonas llenas de arenales o suelos inestables.
En la falda de los cerros, dijo hay una amplificación sísmica, dependiendo del tipo de suelo que se tenga. Si es suelo arenoso habrá amplificación. En un cerro granoso, habrá menos amplificación con cierta disipación de energía.
“Los municipios son los que tienen que gestar el riesgo de desastres. Deben buscar las zonas donde reubicar a las personas. A los invasores solo queda a sacarlos”, anotó.
El experto de la UNI ofreció diversos consejos respecto a lo que se debe hacer en caso de un sismo de acuerdo con el tipo de casa que se habita.
“Si se vive en una casa que fue construida sin ningún asesoramiento técnico y que es informal, lo primero que tengo que hacer es planificar mi ruta de escape y ver por donde voy a salir. Todos sus ocupantes deben salir porque nadie sabe lo que va a pasar con esa construcción. Tú sales con tu mochila y te pones a buen recaudo en alguna zona de seguridad cerca a tu casa”, detalló.
Ahora, si la casa en que vives fue hecha por un ingeniero o un familiar ingeniero le hizo los planos, se hizo poco a poco entonces será más difícil que esta se caiga.
“En ese caso, no debes bajar las escaleras, sino buscar la caja cercana a la escalera y esperar allí a que pase el temblor. Buscar la columna más grande y gruesa de la casa y esperar en ese lugar a que pase el sismo”.
Si se vive en una casa de abobe, advirtió que el comportamiento de la edificación será incierto por lo que aconseja salir inmediatamente, porque por lo general siempre colapsa.
Con relación a las casas prefabricada de madera, dependerá mucho de cómo estén los pilares.
“Si están cada 60 centímetros no le va a pasar nada, porque van a estar livianos. Lo único que habría que ver es sobre qué está puesta. Si está puesta sobre pilca (piedras acumuladas para alcanzar un nivel) no es una vivienda segura. Pero esto cambia si está ubicada sobre el propio terreno, que ha sido nivelado previamente”.
Finalmente, para quienes están interesados en comprar un departamento, recomendó fijarse en los muros estructurales, que son los que van a soportar el sismo. “Su espesor debería ser superior a los 12 centímetros si se trata de un edificio de más de 10 pisos. Para un edificio de ese tamaño deberían tener también columna de 60 por 60 a más”.
Sugirió además pedir el plano de estructuras y observar los parámetros de sismo, observando cuál es la deformación máxima que va a tener el edificio ante un movimiento telúrico y compararlo con lo que pide la norma técnica para el tamaño de edificación y sobre todo su altura.