El proceso de vacunación contra la COVID-19 trajo consigo varias irregularidades a lo largo y ancho del mundo. En Brasil, se sospecha que utilizaron la identidad de personas fallecidas para conseguir inmunizarse de manera irregular.
En un estudio divulgado por la Contraloría General de la Nación, se analizó a donde fueron a parar 10 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, las cuales se aplicaron hasta el 10 de marzo.
Así se señaló lo siguiente: “Existen casos de vacunas aplicadas a personas que figuran como fallecidas en el Sistema de Información de Mortalidad del Ministerio de Salud (SIM) con fecha de emisión del certificado de defunción anterior al inicio de la vacunación”.
Aunque no se ha divulgado la cantidad de personas que han utilizado los datos de ciudadanos fallecidos para hacerse a una vacuna, el portal O Globo habla de cerca de 1.000 casos.
De acuerdo con el estudio, fueron identificadas alrededor de 50.000 inconsistencias, lo que representa el 0,5 % de las 10 millones de dosis consideradas para el análisis. Para el estudio fueron analizados datos propios y cruzamientos con otras bases oficiales de registros de vacunas aplicadas hasta el 10 de marzo.
En Brasil, hasta el momento, tan solo un 4,5 % de 210 millones de habitantes han recibido la primera dosis de alguno de los inmunizantes utilizados en el país y apenas un 1,5 % cuenta ya con las dos dosis.
Según su Ministerio de Salud, ya fueron adquiridas 562 millones de vacunas de varios laboratorios, incluidas aquellas que ya son producidas en Brasil (la de AstraZeneca/Oxford y la del laboratorio Sinovac). Pero gran parte de las dosis recién llegarán para la segunda mitad del año.
Brasil es el actual epicentro global de la pandemia del coronavirus con más de 290.000 muertos y 11,8 millones de contagios.