Una anciana tendrá que pasar dos años de su vida en prisión por ser Testigo de Jehova. Es la primera condena firme que recibe una creyente desde que comenzó la represión contra practicantes de esta religión en Rusia.
La mujer de 69 años fue identificada como Valentina Baranovskaya y hallada culpable de “participar en una organización prohibida”, por lo que tendrá que permanecer, hasta el 2023, recluida en una cárcel de Siberia.
La comunidad de testigos de Jehova en Rusia se manifestó en contra de la condena a la de mujer de avanzada edad y catalogó la sentencia como “una crueldad sin precedentes”.
“Tal crueldad no tiene justificación, lleva la represión contra los testigos de Jehová a un nuevo nivel”, aseveró el portavoz Yaroslav Sivulsky de la Asociación Europea de Testigos de Jehová.
Valentina Baranovskaya
Asimismo, su hijo, Román Baranovsky, fue condenado por el tribunal de Abakán, capital de la república rusa de Jakasia, a seis años de prisión por “organizar las actividades” del grupo religioso.
Los Testigos de Jehová fueron prohibidos en 2017 y su movimiento es considerado “extremista” por el ministerio de Justicia ruso. Mismo término que utilizan para clasificar a un grupo terrorista, una secta o a grupos de oposición.
Las autoridades llevan a cabo una política de promoción de la identidad rusa, basada en un cierto conservadurismo que tiene sus raíces en el culto ortodoxo.
Los testigos de Jehová, movimiento fundado en la década de 1870 en Estados Unidos, se consideran los únicos fieles al cristianismo original.