La sobreexposición a la tecnología ha generado que los “nativos dígitales”, nacidos en el Siglo XXI, se convierta en la primera generación con un coeficiente intelectual (CI) más bajo que el de sus padres, según el neurocientífico francés Michel Desmurget.
Desmurget, en su reciente libro “La fábrica de cretinos digitales”, explica que desde 2007, con la aparición de los teléfonos inteligentes y un par de año más tarde de las tablets y computadoras portátiles más livianas, se incrementó la dependencia hacia las pantallas en los más pequeños del hogar.
En su libro, cita varios estudios realizados en Francia, Holanda, Finlandia, Noruega y Dinamarca, donde el CI ha comenzado a descender con el pasar de los años. Por lo que coincide con otros teóricos en que esta es la generación más estúpida que haya habido nunca.
"Los científicos están de acuerdo en que el lenguaje, la capacidad de atención y la de memorización se han reducido en esta generación. Además, un reciente informe de la Comisión Europea destaca que uno de los principales obstáculos para la digitalización de los colegios es la “escasa competencia digital de los estudiantes”, postula Michel Desmurget.
El principal problema del uso prolongado de la tecnología por parte de los jóvenes es que no la utilizan para fines educativos, sino para la recreación.
“Los preadolescentes usan trece veces más la tecnología para divertirse que para fines relacionado con la escuela. Los adolescentes, cerca de ocho. El tiempo que los chicos y jóvenes pasan ante un dispositivo digital es abrumador”, aseveró.
Los dispositivos digitales están afectando gravemente, y para mal, al desarrollo neuronal de niños y jóvenes. Lo que pone en peligro su futuro y el de la sociedad como la conocemos.