Es importante que como mamá comprendas que debes respetar las decisiones que tu hijo tome en relación a su vida. Si es que él o ella todavía no ha llegado a la adultez y todavía necesita de ti, entonces sigue estos consejos para ayudarlo sin caer en la exageración.
Como madres es normal sentir la preocupación por el bienestar de nuestros hijos, sin embargo, ellos deben tener sus propias experiencias e ir ganando independencia.
Una de las características principales de una madre controladora es sentir la necesidad de hacer comentarios o críticas que finalmente fastidien la estabilidad emocional del menor.
Pues, esto se debe a que los padres pueden cometer el error de sentir que son dueños y tienen todo el derecho de sus hijos.
1-. El primer paso es reconocer el error que estamos cometiendo y que es un problema que debemos solucionar. Para ello, debemos poner de nuestra parte.
2-. Debemos prestar atención a nuestra rutina y no dejar de lado lo que nos hace felices y satisface como seres humanos. Nuestros hijos poco a poco irán creando su propio destino.
3-. Antes de comenzar a hacer preguntas constantemente a tu hijo, date tu tiempo, respira y cuenta hasta 10 o 20 para evitar que lo hagas.
4-. Procura tener temas de conversación que no sea en base a la vida que llevan tus hijos, de manera que, evitemos que piensen que quieres meterte en sus cosas.
5-. Lo más importante; respeta las decisiones de tu hijo. Demuestra una actitud positiva y comprensiva ante cada pase que den. Tu eres su guía o consejera, pero hay límites.