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29 Feb 2020 | 9:26 h

Theresa Kachidamoto, la mujer africana que anuló más de 2,500 matrimonios infantiles

En Malawi, las niñas son ofrecidas por sus padres como formas de pago. Una costumbre que algunos pobladores se niegan a dejar.

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    Una práctica cultural que ha perjudicado a las niñas de Malawi, es el matrimonio, un acuerdo que le impide alcanzar su pleno potencial como seres humanos. En algunas regiones, las niñas y las mujeres siguen siendo objeto de un trato abusivo e injusto.

    Malawi es un país africano ubicado en el sur del continente. Se encuentra entre los países más pobres del planeta y es uno de los lugares donde las mujeres se casan cumplidos los 15 años de edad, según Unicef. Esta costumbre de años se considera como una forma de pago, es decir, los padres ofrecen a sus hijas como esposas a cambio de dinero.

    Theresa Kachidamoto, líder del distrito de Dedza de Malawi, llegó al poder en 2003, ella junto al parlamento, a través de una ley, lograron elevar la edad legal de 15 a 18 años de edad, para contraer matrimonio. Sin embargo, no ha sido suficiente ya que algunas personas se niegan a dejar su costumbre.

    Kachidamoto se propuso poner fin a la práctica y desafiar las normas culturales perjudiciales. Hasta la fecha ha logrado anular 2,500 matrimonios, llevando a cabo muchas ceremonias de anulación en persona. Se ha ganado el apodo de ‘’La liquidadora’’ y se ha hecho famosa por su enfoque de cero tolerancias.

    Lastimosamente la mente cerrada de las personas aferradas a las antiguas prácticas de esa comunidad le ha puesto trabas en el camino e incluso amenazándola de muerte en varias ocasiones.  Sin embargo, se niega a sentirse intimidada y continúa en su incansable labor por empoderar a las mujeres y garantizar que tengan libertad y educación de ellas.

    Como jefe con autoridad sobre casi un millón de personas, Kachidamoto no puede monitorear cada aldea. Es por eso que tuvo una ingeniosa solución: crear una red de mujeres que son responsables de comunicarle sospechas sobre matrimonios infantiles en las comunidades. Estas mujeres se denominan ‘’madres secretas’’.

    Cuando una madre secreta alerta a Kachidamoto, la jefe trabaja con ancianos y líderes locales para detener el proceso de matrimonio. A veces, la jefa y sus informantes rescatan a las niñas de situaciones abusivas.

    El objetivo principal de Kachidamoto es garantizar que la ley expresa en 2017 se respete no sólo en su propio distrito, sino en todo el país. Ella planea continuar con su labor y construir un país en el que las niñas y niños nunca sean obligados a casarse antes de estar listos o siquiera quererlo.