Nuestro cuerpo es un enigma y aunque no creamos es muy inteligente para demostrar con nuestros movimientos quiénes somos y qué queremos transmitir sobre todo en nuestras emociones. Es por eso que descubrió que una investigación de la ONG estadounidense PLOS (siglas de Public Library of Science), descubrió que la forma en que se da un apretón de manos, puede decirnos quiénes somos y lo que queremos expresar.
A continuación te presentamos algunos gestos más comunes que puedes identificar o que podrían revelar algo más de ti con solo dar la mano y sus formas.
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Es sin duda una de los saludos más mal vistos. Se trata de dar la mano sin energía, que no se mueve ni tampoco aprieta a la otra persona, dando la sensación que estás tomando un pez resbaladizo y muerto.
Esto significa que una persona tiene carácter pasivo y débil. Aunque también puede dejar entrever el poco entusiasmo de comenzar a entablar una comunicación con aquel que le brindó un saludo.
Tener las manos sudadas usualmente son signos de una persona que está nerviosa. Suele presentarse como causa del estrés emotivo. Se sugiere guardar la calma, respirar y así alejar al estrés para que todo vuelva a la normalidad y dar la mano sin problemas.
Usado generalmente por los políticos, este saludo se trata de sujetar la mano de su interlocutor entre sus dos palmas. Por lo general, se da al inicio del diálogo para demostrar la intención de tener una comunicación honesta, cálida. Este gesto suele ser visto como algo forzado, lo que hace dudar sobre la sinceridad del mensaje.
El estudio mencionado asegura que hay un detalle que no se debe pasar por alto: si su mano izquierda se queda en tu mano, se trata de un saludo sincero. Por el contrario, si su mano sube a la muñeca, los brazos o el codo, está tratando de obtener algo de usted.
Presta atención a esta reacción. Si al saludar siente que la otra persona la atrae hacia él con su mano o lo guía en una dirección diferente como una silla, entonces está frente a una persona que le gusta controlar todo.
Existen algunas personas que en lugar de dar la mano completa, sólo se limitan a entregar los dedos, incluido el meñique, para que el interlocutor sea quien realice la fuerza, según explica el estudio muy famoso.
Según comenta se estaría frente a una persona insegura, que quiere mantener distancia y entrega el poder de la interacción al otro.
Este saludo requiere más fuerza de lo que se imagina. Se entiende que es un apretón firme que si se encuentra con un interlocutor que también lo usa, puede llegar a dejar las manos rojas.
El estudio señala que si la otra persona saluda con la misma intensidad, puede traer efectos positivos para la relación ya que demuestra valentía y confianza en sí mismo.
Este se podría explicar por si solo. En lugar de dar la mano en una posición vertical, la persona se las arregla para que sea horizontal de forma que su mano quede por sobre la del otro individuo. Claramente aquí el interlocutor se cree superior al resto, y más poderoso que el promedio.