Por Renata Bregaglio
Abogada y especialista en Derechos Humanos y Discapacidad
Al hablar de personas con discapacidad que logran cosas buenas o exitosas, es común pensar en ellas como héroes. Nos parece admirable que una persona ciega logre ser pintor, deportista o que haya logrado acabar la universidad. Y esto ocurre porque vemos la discapacidad como una adversidad que cuesta superar. No obstante, acabar la universidad o seguir una pasión o vocación no debería ser razón para ser considerado un ser sobrenatural. Si una persona ciega logró acabar una carrera profesional, o si una persona en silla de ruedas logró practicar un deporte, el resto de las personas con discapacidad también podrá lograrlo si cuenta con medidas adecuadas. Se trata simplemente de hacer las reglas de juego para que esta sociedad incluya a estas personas al igual que a las mujeres o a las minorías étnicas. El problema, sin embargo, es que estas políticas inclusivas no existen o no son lo suficientemente frecuentes y sostenibles.
Participar en actividades deportivas no es solo un hobby, sino también un derecho. Cumplirlo implica una serie de medidas, como la creación y sostenibilidad de federaciones que incluyan a las personas con discapacidad y que les garanticen el acceso y uso de instalaciones, e implementos deportivos. Esto, lamentablemente, no es algo frecuente en nuestras latitudes ni encabeza las prioridades de las políticas públicas. Es necesario también que estas medidas sean inclusivas desde una perspectiva de género. No existen cifras oficiales acerca del acceso a actividades deportivas de personas (hombres y mujeres) con discapacidad. No obstante, es razonable pensar que la exclusión que enfrentan las mujeres en diferentes ámbitos también la enfrentan en este. Por ello, no solo se debe fomentar la inclusión de mujeres con discapacidad en espacios deportivos, sino también adoptar medidas complementarias que les permitan esa real inclusión, como subvenciones que tengan en cuenta los eventuales periodos pre- y posnatal, o medidas de transporte que no las expongan a peligro en horas poco concurridas.
Del 23 de agosto al 1 de septiembre tendrán lugar en Lima los Juegos Parapanamericanos, evento que congrega a deportistas con discapacidad de diferentes disciplinas y países. Los del nuestro, en particular, han tenido que enfrentar la falta de oportunidades para poder consagrarse como deportistas calificados. Al felicitarlos deberíamos pensar también en todo lo que debemos cambiar para que no tengan que ser también sobrevivientes de un sistema que los invisibiliza.