Tiene solo 22 años y a su corta edad se ha enfrentado a un derrame cerebral, 200 tumores malignos en su intestino grueso y varios tumores cerebrales, y en todas esas batallas supo salir airosa. Airosa como cuando fue campeona del mundo en 2013 en la categoría de 200 metros.
En el 2011 y con tan solo 14 años de edad, Verónica se despertó una mañana y sintió la mitad del cuerpo paralizado. Su padre, que no la dejó en todo momento, le dijo: “Cuando te den de alta, todos intentarán ponerte límites, pero la que decidirá qué puedes hacer y qué no, eres tú. Y yo estaré para acompañarte”.
Los médicos le dijeron que no iba a poder volver a caminar. Pero la joven sorprendió al mundo al volver a correr en tan solo 2 años y ganar el campeonato mundial, además del subcampeonato mundial en 100 metros y el oro sudamericano en 100 metros, 200 metros y alto a la distancia.
Lamentablemente, ese mismo año, los médicos le encontraron un tumor cerebral (4 años después de habérselo extirpado). El tratamiento la volvió a alejar de las pistas por algunos meses. Pese a ello, participó en los Juegos Parapanamericanos de Toronto, donde ganó en las categorías de 100, 200 y 400 metros.
Tras detectarle un trastorno hereditario que le produjo más de 200 tumores en el tracto intestinal, tuvo que ser intervenida para que le puedan extirpar el 90% del intestino grueso. Luego de ello, volvió a entrenar para participar en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 (su máximo sueño) y en donde también obtuvo medallas (plata en100 metros T38 y bronce en 400 metros T38. (Categoría en la que compite que corresponde a las personas que tienen discapacidad física derivada de una parálisis cerebral, según Alianza News).
La vida, sin embargo, le volvió a poner otro duro reto a Verónica, pues le detectaron rastros de otro tumor cerebral, que implicaron más intervenciones y la alejaron desde el 2017 hasta el 2019 de los entrenamientos.
Recientemente, la joven atleta anunció hace poco que pudo recuperarse y ya se encuentra entrenando 5 horas diarias en el Centro Paralímpico Brasileño de San Pablo, esto para mejorar su meta y es que está 10 kilos por encima de su peso, con un % de grasa que le incomoda a la hora de correr y ha perdido resistencia.
No cabe duda que Verónica es símbolo de una mujer fuerte y perseverante, la vida le puso muchas trabas, pero ella sigue cumpliendo sus sueños.