¡El amor de una madre no tiene comparación! El fallecimiento de la joven australiana Brianna Rawlings, demuestra que el cariño maternal no tiene límites.
Esta conmovedora historia comienza con una jovencita común, que disfruta su vida lo más que puede junto a su novio, familia y amigos. Sin embargo, cuando tenía 19 años, le detectaron leucemia.
Cabe mencionar que también tenía 17 semanas de embarazo.
Como sabemos, los pacientes con cáncer necesitan de quimioterapias para darle batalla al cáncer, sin embargo, Brianna decidió posponer el tratamiento, ya que este podría afectar a su bebé.
Ella quiso que su bebé nazca en las mejores condiciones, ya que la quimioterapia es uno de los tratamientos más agresivos que existen.
Brianna junto a su novio Fuente: Facebook
Yahoo Australia reveló en su portal, que el equipo médico decidió realizar una versión “suave” de la quimioterapia, para poder traer al mundo al bebé a la semana 28 del embarazo. Después del nacimiento del bebé, ellos empezarían con el tratamiento que Brianna necesitaba.
Pero, la muchacha contrajo una infección y los doctores trajeron al bebé antes de tiempo. Es así como el bebé llegó a la semana 26 a través de una cesárea.
El bebé de nombre Kyden, se quedó en la unidad de cuidados intensivos desde su nacimiento prematuro, pero falleció 12 días después por una infección estomacal.
"Bree sigue siendo un ser humano, pese a su personalidad fuerte y positiva, ha tenido que experimentar el más terrible y desgarrador de los momentos, algo que una madre joven no debería pasar", indica la hermana de la muchacha.
"Está exhausta, pero le hizo a su hijo la promesa de seguir peleando", finalizó.
Es así como Rawlings, se propuso seguir un tratamiento experimental, costeado por una campaña de recaudación, pero lamentablemente, después de recibir dos dosis, falleció el 29 de diciembre del 2018.
El consuelo más grande que tuvo fue haber peleado contra el cáncer hasta el final, como le prometió a su bebé.