La falta de conocimiento sobre las diversas opciones anticonceptivas y el escaso acceso a información sexual, viene generando una alta incidencia de embarazos no deseados en Latinoamérica, lo que la convierte en la única región del mundo con una tendencia ascendente de adolescentes gestantes menores de 15 años. “Un aproximado de 66.5 nacimientos por cada 1000 niñas entre 15 y 19 años”, así lo reporta el último informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
El informe estima además que cada año en la región un 15% de todos los embarazos ocurre en adolescentes menores de 20 años y 2 millones de niños nacen de madres con edades entre los 15 y los 19 años. Asimismo, señala que, en el caso de las menores de 15 años, el riesgo de fallecer a causas relacionadas con el proceso de gestación es hasta tres veces más que en mujeres mayores de 20 años.
En el caso de Perú, el 13,4% de adolescentes entre los 15 y 19 años quedaron embarazadas durante el 2017, lo que significa que hubo un aumento del 0,7% en comparación con el año anterior que fue de 12,7%, según la última encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).
Este incremento se debe a la falta de conocimiento de las opciones anticonceptivas, el poco acceso a la información sexual, la baja oferta de métodos anticonceptivos, el uso inapropiado, entre otros.
Actualmente el Ministerio de Salud tiene un programa de planificación familiar que incluye no solo métodos anticonceptivos tradicionales, sino, innovadores como el caso del “Implante Anticonceptivo”, una moderna alternativa de protección a largo plazo pues ofrece tres años de protección con un porcentaje de eficacia mayor al 99%, y que se aplica de manera gratuita en todos los centros de salud del país.
El “Implante Anticonceptivo”, consiste en la inserción de un bastón en el brazo de la paciente, lo que permite que la eficacia no dependa de ninguna acción por parte de la usuaria. De esta manera, ayuda a reducir las inquietudes relacionadas con una mala aplicación al tratamiento o el uso incorrecto del anticonceptivo.
Asimismo, debe cambiarse cada tres años y el retiro se realiza con consiste en una pequeña incisión en el brazo, y que puede interrumpirse el tratamiento en cualquier momento. En caso la paciente desee continuar con el método, puede reemplazar la varilla por una nueva.
Es necesario mencionar que el uso del implante es previa consulta médica en el área de planificación familiar. Si el médico tratante recomienda el uso del implante anticonceptivo, es el derecho de toda mujer en edad fértil poder acceder a este método. Desde su ingreso en el mercado, se han colocado más de 7.8 millones de unidades en todo el mundo.