Está comprobado que un trabajador motivado es mucho más productivo, asiste a su centro laboral más contento, aprovecha mejor el tiempo, así como los recursos que se le asignan, e invierte todo el esfuerzo para alcanzar las metas de su puesto de trabajo.
Por ello, cuando se encuentra al personal adecuado y se logra crear un grupo de trabajo eficiente, es necesario implementar un plan de incentivos no monetarios que mantenga su productividad y motivación, a esto se le denomina Salario Emocional.
Giancarlo Ameghino, Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, comparte los principales incentivos no monetarios que son valorados en el mercado laboral actual:
El colaborador valora mucho cuando la empresa invierte económicamente en su desarrollo profesional y resulta beneficioso para ambas partes, pues el colaborador finalmente compartirá y aplicará estos conocimientos dentro de sus labores.
Todo colaborador espera tener autonomía en sus decisiones laborales y que le establezcan metas profesionales como parte del reconocimiento.
El trabajo a distancia, los horarios flexibles y días libres en fechas festivas como cumpleaños, son incentivos muy valorados en todos los trabajadores, especialmente en el grupo de las nuevas generaciones.
Las excursiones en grupo, banquetes o actividades de aventura fomentan la unidad en el equipo de trabajo y generan un buen clima laboral.
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Establecer metas dentro de las actividades diarias del colaborador para ganar un viaje, entradas a eventos artísticos o hasta una sesión de masajes siempre serán bien recibidos.
Finalmente, Ameghino resalta que uno de los incentivos no económicos más sencillo y a la vez valorado, que los colaboradores podrán recibir, siempre será escuchar de su jefe un muy sincero “Buen Trabajo”.