Renata Flores fue bautizada por la revista New York Times como la reina del trap en quechua y elegida por la revista Hola! como una de las 100 mujeres latinas más influyentes del 2021 en la categoría fuerzas creativas. Reconocimientos que se ganó a pulso gracias a su innovadora propuesta musical y aporte cultural en la industria de la música haciendo del quechua, la lengua originaria más hablada de nuestro país, su principal vehículo de expresión promoviendo un mensaje de empoderamiento femenino que invita a abrazar nuestras raíces y orígenes andinos.
La artista peruana, natural de Ayacucho, sigue pisando fuerte en la escena nacional y ello se ha visto reflejado en su nueva producción musical Pachamama, último sencillo que expresa un mensaje de reflexión sobre la madre tierra, un mágico ser viviente, fusionando una gran dosis de arte, estética y moda en conexión con la naturaleza, de este último destaca particularmente los vestuarios que utilizó para el videoclip. Renata Flores ha ido forjando su estilo de vestir con el tiempo hasta encontrar su propia identidad experimentando con colores, diseños, texturas y tejidos en donde mezcla lo andino con lo contemporáneo. Una forma transgresora de impactar en el mundo usando a la moda como herramienta visual para replantear los estilos más tradicionales y costumbristas agregándole su toque personal. Y aunque muchos consideren este sincretismo estilístico como una interesante apuesta para conectar el pasado y el presente, esta también le ha valido de crítica llegando a sentirse discriminada en alguna ocasión.
A pesar de ello, la intérprete de ‘Francisca’ continúa impulsando su carrera y uno de sus próximos proyectos es el lanzamiento del mini álbum Pachamama que estará compuesta por cinco canciones que buscan reflejar los cambios de la mujer y su conexión con la feminidad. Sobre este y otros temas, como el crecimiento de la moda sostenible, conversamos con Renata Flores en esta entrevista para Wapa.pe.
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Eso fue una colaboración que hicimos con Sake, una comunidad que no hace ropa masiva, sino que las elabora por piezas en donde cada una es muy especial y los materiales que usan son naturales como la lana de alpaca y los procesos como el tinturado también. Sake también se encargó del diseño y Christian Duarte se encargó del styling, además, detrás de ellos también estuvieron mujeres tejedoras.
Me gusta todo lo que hace Rosalía con su álbum, su ropa y sus conceptos visuales y sí creo que es una inspiración, pero lo que más me jaló fueron los emprendimientos peruanos tanto en la moda como en las joyas y me encantó ese accesorio en las uñas porque parecen unas uñas acrílicas, pero no lo son. Las uñas largas ahora son una representación de empoderamiento y también los veo como una manera de protección.
Siento que es una manera de apreciar mejor las prendas y de conocer todo el trabajo que se realiza en una prenda porque así la valoraríamos más. Detrás de una prenda hay toda una historia, un proceso, un trabajo de creación y sabiduría ancestral y es bonito que existan marcas que se preocupen por la naturaleza.
Cuando uno va aprendiendo cambia su forma de pensar y va teniendo mayor consciencia sobre lo que uno se pone y se compra. La moda es algo que, por un lado, puede transmitir muchas bonitas emociones, pero, por otro lado, puede ser muy comercial hasta el punto de que solo les interesa vender que no me parece mal porque es un trabajo, pero no hay un cuidado del medio ambiente o actividades para reciclar o devolver la ropa para reciclarla. Creo que eso nos falta trabajar un poco más. Personalmente trato de comprar ropa de segunda mano. Aquí en Ayacucho hay un montón de tiendas, le decimos las americanas, que son modelos únicos porque no es ropa que sale por montón e incluso a veces encuentras ropa casi nueva, todo es cuestión de buscar.
Pertenezco a ese grupo de personas que les gusta estar en tendencia, pero, también agregarle elementos que le den un toque propio y único.
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Yo siento que es algo que a uno mismo le hace sentir lo que es porque se transmite una identidad. Y eso es lo que hago en el mercado de Ayacucho puedes encontrar diferentes diseños porque en cada lugar como Chuschi o Huamanguina cada diseño es único. Es increíble todo el trabajo que se ve eso y es parte nuestra porque siempre lo vamos a ver y usar y darle nuestro propio estilo está bien. En mi caso trato de poder experimentar y usar de todo un poco con carteras, tejidos, los colores que creo llaman mucho la atención de muchas personas que saben y reconocen que es de los Andes. Me gusta saber que hay más jóvenes que lo usan con orgullo y alegría.
Sí, desde el segundo cover que hice de Michael Jackson con un chullo con ropa más contemporánea con denim. Ahí comencé a combinar, también mandé a hacer tops y las mantitas también fueron muy tradicionales agregando prendas más contemporáneas. Así fui experimentando hasta encontrar mi propio estilo ahora me siento rara cuando no tengo algo de color o algo andino. Cuando me pongo alguna prenda para una presentación me siento bien representando algo que es nuestro. Con el tiempo he ido experimentando y ahora sigo haciéndolo con Sake atreviéndome más con un estilo más futurista.
Sí, trabajo con Christian Duarte quien nos ayuda a marcar un estilo. Nos reunimos como amigos y empezamos a hablar qué es lo que a mí me gusta de las tendencias y a la par le muestro lo que se usa más en Ayacucho. He trabajado con diseñadores que fusionan ropa costumbrista con prendas más únicas.
A veces tratamos de hacer algo experimental viendo algo de aquí y allá y probando, pero, por otro lado, también tomamos inspiración de artistas. Desde antes ya ha habido este tipo de fusiones como Damaris y Saywa han marcado como un estilo muy fuerte y desde ahí hemos visto esta nueva tendencia, por ejemplo, Saywa diseña sus propios vestuarios y son fabulosos.
Sí, pero queremos que sea una marca sostenible y que no sea una marca solo para vender sin preocuparse por el medio ambiente. Queremos que sean prendas únicas porque cada marca tiene su propio estilo. Tenemos una marca de hombres que se llama Kutitika, este nombre nos gustó mucho porque representa a las nuevas generaciones que son como la segunda flor que va floreciendo tomando la sabiduría como lo clave. Todavía no hay una fecha de lanzamiento porque estamos experimentando, pero sí me gustaría que se madure este proyecto.
Sí, me he sentido discriminada. Y tengo una experiencia que fue durante una presentación en el Ministerio de Cultura. En ese momento estaba en la búsqueda de mi propia identidad en materia de ropa y me puse a jugar un poco me puse un jean con flores de tejidos, un polo de verano y me puse algunos accesorios andinos y tenía el cabello largo. Y recuerdo que cuando se terminó la presentación una persona del público me enfrentó y me dijo ¿y tú qué representas vestida así? Como que quería burlarse y me hizo sentir discriminada. Me hizo entender que si yo cantaba en quechua debía vestirme solo con polleras o solo con la ropa tradicional sin mezclar nada con lo contemporáneo. Incluso hay gente, aunque muy poca, pero que se queja por fusionar o llevar las tendencias de ahora. Por un lado, yo siento que no está mal poder usar la ropa tradicional, pero también uno mismo como artista va buscando su propio estilo para sentirse bien consigo mismo porque yo tengo una identidad de sentir lo nuestro, pero también me gusta escuchar otro tipo de música. Me gusta usar de todo un poco y a muchas personas no les gusta.