La pandemia del COVID-19 afectó económicamente a muchos negocios alrededor del mundo. Sin embargo, para algunas industrias este impacto fue positivo. Este es el caso de las empresas que comercializan productos para el cuidado de la piel, ya que según un estudio realizado por BOF (Business of Fashion), el skincare es la categoría con mayor crecimiento en el rubro de la belleza desde 2019, superando incluso el boom del maquillaje a principios de esta década.
Ya sea producto del confinamiento, el uso de la mascarilla que afecta negativamente la piel del rostro, o la disminución de interacciones sociales que llevan a las personas a enfocarse más en sí mismos y en el cuidado personal, hoy no solo existen más ofertas de productos, sino también más skin–influencers, skin-tiktokers y skin-aficionados, todos compartiendo sus experiencias y recomendando los productos que son parte de su rutina de cuidado. Sin embargo, se debe tener en cuenta que no todas las pieles son iguales y, por ende, los productos pueden no tener los mismos resultados en todas las personas.
Entonces, ¿cuáles son los riesgos de seguir una rutina de skincare que no ha sido indicada por un especialista? Para ayudarnos con esta interrogante Doris Vilela, esteticista y especialista en tratamientos faciales personalizados en Quantica Skin Boutique, brinda algunos alcances sobre las consecuencias que el uso incorrecto de estos productos podría traer para tu piel:
Hay productos de textura pesada o muy cremosa que, en un tipo de piel no indicada, pueden taponear el poro, impidiendo que este libere el sebo que produce y quedando atrapada también la suciedad, células muertas y restos de maquillaje, creando una inflamación en la unidad pilosebácea que finalmente desencadena la aparición de acné o empeora una condición ya existente.
Aplicarse productos sin conocer si los ingredientes son recomendados para tu biotipo cutáneo puede causar una reacción en la piel, desde una irritación pasajera hasta dermatitis que deben ser tratadas con antibióticos.
Se han puesto muy de moda los productos con AHAs o BHAs (Alfa-Beta hidroxiácidos), estos activos se usan para los tratamientos de ‘peeling’ que son exfoliaciones desde superficiales a profundas, según el porcentaje de concentración. Estos ácidos deben ser prescritas por un profesional, ya que el mal uso de estos puede causar pigmentaciones (manchas) en la piel. Hay manchas que, dependiendo la profundidad, pueden mejorar con tratamientos, más no desaparecer.
Se originan por la aplicación de las famosas mascarillas DIY o mascarillas caseras, con ingredientes que van desde el limón, bicarbonato, vinagre, azúcar y otros tantos sacados de la cocina, muchas veces con consecuencias irreparables como cicatrices.
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Estos son solo algunos de los riesgos más comunes que trae consigo el utilizar productos de skincare que no estén recomendados específicamente para la piel del usuario. Es importante recordar que la piel es un órgano, tiene características y necesidades distintas en cada persona y solo un especialista puede recomendar el uso de productos para su cuidado.