Cargando...
20 Abr 2020 | 16:33 h

Mascarillas magnéticas, el último avance en técnicas para el cuidado de la piel

Podrá sonar extraño, pero las mascarillas magnéticas son una realidad y poco a poco se convierten en el tratamiento de belleza más popular entre los amantes del skincare.

Únete al canal de Whatsapp de Wapa

    wapa.pe

    Por más extraño e increíble que parezca, las mascarillas magnéticas son una realidad y cada vez se están poniendo más de moda entre los amantes de la belleza y el cuidado de la piel. Si no habías escuchado de ellas antes, aquí te contamos de qué se trata este fenómeno que alborota Instagram.

    Si no lo sospechaste antes, las mascarillas mecánicas son un invento de la cosmética coreana, y es que como sabemos, ese país tiene una de las industrias de belleza más innovadoras del mundo. Las mascarillas tienen un color oscuro y son formuladas con diversos minerales y partículas de hierro que ayudan a limpiar y nutrir la piel cuando un imán, encargado de retirarlas del rostro, se activa.

    Si bien se aplican de la misma manera que las mascarillas convencionales (aunque se recomienda usar una brocha), las mecánicas no se retiran con agua, ya que al conectar los imanes con el hierro, se crea una especie de minicorriente que se encarga de eliminar las toxinas, células muertas y dejar la piel más suave y brillante. Además, ayuda a que las células se activen y regeneren, hecho que la convierte en un gran tratamiento antienvejecimiento.

    La explicación detrás de las propiedades antienvejecimiento de las mascarillas magnéticas es simple: los imanes mejoran la circulación sanguínea del rostro, activando la regeneración celular y energizando la piel. Por ello, muchos amantes del cuidado de la piel la usan para eliminar las arrugas y aportar luminosidad a la tez. Lo usual es dejar la mascarilla por unos 5 a  10 minutos antes de retirarla con el imán (que algunas envuelven en papel para que sea más suave sobre la piel) y junto con el, se van las impurezas. El resultado es un cutis hidratado (gracias a la capa de aceites minerales que quedan después de la mascarilla), jugoso, oxigenado y revitalizado.