No hay duda de que la industria de la moda adora a las Hadid. Prueba de ello es que el pasado jueves, Yolanda Hadid, de 56 años, volvió a ella para dar larga vida a la saga familiar.
Esta holandesa, estrella de la televisión y cotizada modelo en la década de los 80 y 90, de gran elegancia y personalidad, desfiló en la pasarela con un conjunto compuesto de una americana armada de color blanca y estampada con un grafiti negro conjuntada con pantalón negro y sandalias del mismo tono con microvolantes.
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Un bolso con estampado de vaca, collar de eslabones tamaño "xl" en negro, pendientes dorados y gafas de sol tipo "cat" fueron los complentos que redondearon este diseño creado por Virgil Abloh, director creativo de la firma Off-White.
Si Bella Hadid fue la encargada de abrir el desfile con un modelo negro compuesto de falda plisada negra trasparente y chaqueta ceñida a la cintura con grandes vuelos en el cuello, Gigi Hadid fue la encarga de cerrarlo con un diseño blanco de gran volumen en el que el encaje y los plisados fueron protagonistas.
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Abloh ha combinado la esencia del glamour con el espíritu de la ropa "streetwear", en propuestas neoburguesas que van desde jerséis con aberturas estratégicas hasta sofisticados vestidos nocturnos.
La naturalidad y la diversidad va tomando paso firme en la moda. Modelos de distintas etnias, tallas, edades y orientación sexual son cada vez más habituales en las pasarelas más importantes del mundo.
También se ven modelos y mujeres de todas las edades con la idea de defender que la belleza no tiene edad, además de reivindicar que la carrera de una modelo no termina cuando la piel empieza a perder su firmeza. Es el caso de Naomi Campbel, la diosa negra que ha desfilado para Valentino y Louis Vuitton, después de hacerlo para Versace.