Los especialistas en comportamiento de perros coinciden que cualquier can, sin importar el linaje, puede volverse agresivo si sus dueños no saben criarlo.
Como dice el filósofo Rousseau: “El hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”. Esta filosofía también puede aplicarse en nuestras mascotas.
La agresividad no se pronuncia de un día para otro, pues es el resultado de las acciones que con el tiempo el dueño va evidenciando con el animal. Algunos errores comunes son no dejar que el perro sociabilice con otros de su misma especie o con personas, y tratarlo con violencia si este intenta hacerlo.
La agresividad se presenta en perros de temperamento dominante a los que no se les hace respetar límites, porque por naturaleza los animales suelen ser territoriales. Recordemos que los perros provienen de los lobos y vivían en manadas que eran lideradas por un lobo alfa. Con la domesticación, el can debe sentir que el jefe en casa es su amo y para eso se les debe enseñar a respetarlo con disciplina y con límites.
Por consiguiente, los canes muy mimados, poco atendidos por la familia o que no se les corrige cuando hacen algo incorrecto, son más proclives a volverse agresivos.
Los perros pit bull terrier, dogo argentino, fila brasilero, tosa japonesa, bul mastiff, doberman y rottweiler son considerados potencialmente peligrosos y se les exige el uso de bozal en lugares concurridos. Eso no significa que sean perros agresivos si no que, en el caso de que ataquen, los daños serían mayores por su fuerza y tamaño. Un pequinés podría ser más violente que un rottweiler, pero la intensidad de la lesión es distinta si ambos atacan.
Esta linaje de perros dominantes necesitan de dueños que ya han tenido experiencia educando otros canes y que saben impartir obediencia.
Además de la falta de educación, el perro podría volverse agresivo por otros motivos. Por ejemplo: dolor, enfermedades, disfunción neurotransmisora y lesiones cerebrales.
Cuando el can se siente amenazado, por instinto suele defenderse a través de su mordida, eso no es sinónimo de que este es agresivo. Cuando el perro es llevado al veterinario, tiende a reaccionar por temor y en algunas ocasiones pueden ponerse violentos, pero es parte de la amenaza que sienten en ese momento.
Otra consejo importante es que nunca debemos dejar a un niño solo con un perro sin la supervisión de un adulto. Los casos de ataques a menores suelen darse porque los chicos no miden sus fuerzas y la mascota, al no entender que están jugando, siente que lo está agrediendo y puede reaccionar mordiéndolo.
La gravedad aumenta si consideramos que por la baja estatura de los niños el perro podría morder y lesionar directamente sus órganos principales.