Indigente prefiere quedarse sin comer con tal de alimentar a los gatos abandonados
La historia de Loong Dum ha conmovido a la comunidad de Facebook luego de conocer su amor incondicional hacia los gatos sin hogar de Tailandia.
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“No me importa saltar mis comidas, pero los gatitos necesitan comer”, es la frase que suele remarcar Loong Dum, una persona indigente que se ha convertido en un “superhéroe”, según lo usuarios de Facebook, tras conocer su increíble historia de amor por los animales.
El hombre, de origen tailandés, suele vender limones en una concurrida calle donde lo que más resalta es el cartel que suele acompañarlo durante toda su jornada: “20 bahts (moneda tailandesa) por bolsa, las ganancias pagarán los gastos de comida de los gatos callejeros”.
Aquel mensaje ha tocado las fibras más sensibles de los habitantes, quienes sin pensarlo dos veces decidieron ayudarlo económicamente y/o brindándole algunos alimentos para su consumo diario. Sin embargo, él prefiere dar todo lo recolectado a sus queridas mascotas antes de preocuparse por su propia persona.
La difícil situación que atraviesa Loong se hizo conocida gracias a Warunya Wattanasupachoke, una joven se topó con el hombre mientras vendía sus limones para alimentar a sus peludos amigos, según comenta Love Meow.
Los gatos son una buena compañía
Tras observar el letrero, la adolescente no dudó en consumirle una bolsa y luego avanzar unos pasos con la finalidad de observar la actitud de los transeúntes ante la necesidad de una persona, pero fue grande su sorpresa cuando un hombre se detuvo para hacerle llegar una fruta.
Loong Dum, lejos de comerse el alimento, optó por dárselas a los gatos sin hogar que suelen acompañarlo en sus largas jornadas de trabajo, tal como se observa en las distintas fotografías que se publicaron en Facebook para hacer de conocimiento público su historia.
Una gran relación entre humano-gato
Los animales con considerados un complemento de la sociedad, y ello se logra confirmar luego de conocer el día a día de Loong, quien prefiere preocuparse por la salud e integridad de sus fieles compañeros antes de cuidarse a sí mismo.
“No deberíamos juzgar a las personas basándonos en su apariencia. Loong Dum es un ejemplo. A pesar de no tener hogar y lucir desaliñado, tiene un gran corazón”, dijo Warunya Wattanasupachoke.
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La historia ha impactado tanto en los ciudadanos tailandeses que decenas de personas han decidido extenderle una mano amiga a Loong para comprarle sus limones y, de paso, donarle comida para gatos y suministros indispensables para su día a día.