En el año 1961 se encontraba Brian Sollitt como encargado de la creación de productos para Graham Edwards Rowntree, de Inglaterra, empresa especializada en chocolates, y meditó acerca de que muchas personas - al igual que él- se cuestionarían respecto de ¿por qué no existía un snack dulce que esté pensado para comerse después de la cena?
De acuerdo a su visión, a ese dulce debería sumársele algo amargo que le diera un contraste al paladar, que nos hiciera sentir una experiencia completamente diferente al momento de probarlo.
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En ese sentido, se dedicó a probar diferentes opciones y con el apoyo de la compañía y un celoso silencio sobre lo que se estaba creando, después de muchas pruebas y errores consiguió las tabletas pequeñas de chocolate amargo rellenas de crema de menta, las cuales fueron presentadas en sobres individuales que salieron a la venta en 1962.
Han pasado más de 50 años desde su creación, y esas tabletas continúan vigentes cautivando paladares en más de 50 países alrededor del mundo.
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Esta majestuosa y peculiar combinación ha sido reconocida por la Asociación Nacional de Confiteros, entidad desde que ha propuesto la conmemoración de la singularidad mezcla.