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03 May 2019 | 17:07 h

5 técnicas para vivir en una ciudad sin estrés

La vida urbana puede ser muy estimulante pero también puede llegar a elevar al máximo nuestros niveles estrés.

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    El estilo de vida de hoy es tan activo que no podemos evitar ser parte de esa corriente que a veces os ayuda a seguir en movimiento y actividad.

    Sin embargo, también puede ser la causa que desencadene en nuestra mente y tranquilidad picos de estrés que nos hagan sentir seres alterados, nerviosos o superficiales al punto de no saber aprovechar las pausas y descansos que la rutina urbana y laboral nos da.

    Por eso es importante y muy útil saber técnicas o cómo canalizar y entrenar nuestra mente para poder repeler o minimizar el estrés, ansiedad y preocupaciones diarias que aqueja nuestra vida.

    Mindfulness

    Se basa en la atención plena y consciente. Un antídoto contra la neurosis urbana a través de la meditación.

    De acuerdo con Jonathan Kaplan, escritor de Urban Mindfulness o cómo cultivar la paz, la presencia y el propósito en medio del torbellino urbano, “El método consiste en reconectar con nuestra respiración y observar con todos los sentidos”, explica.

    “El siguiente paso es dejar fluir nuestros pensamientos y nuestras emociones y aceptar la experiencia tal cual es, sin juicios ni críticas. En pocas palabras: aterrizar en el aquí y ahora”, concluye Kaplan.

    El Mindfulness es un tipo de meditación que no se limita a un espacio remoto sino puede ser llevado con nosotros a todas horas, en el metro y hacia donde andemos.

    Micro meditaciones

    Este tipo de meditación nos impulsa a aprovechar cualquier espacio de tiempo que tengamos a nuestra disposición para incluir pequeñas meditaciones en nuestro día a día.

    De acuerdo con Mark Thornton, autor de Meditation in a New York Minute, “Conectar con la respiración es la clave y con la práctica es posible en menos de un minuto”.

    Es como una gimnasia mental que conviene practicar con regularidad en grupo y si es posible combinada con yoga o con algún ejercicio físico.

    Muévete de otra manera

    La realidad es que el estrés se contagia. Trata de evitar las horas punta. Si es posible, adelanta o retrasa las salidas o llegadas del trabajo para poder evitar las aglomeraciones.

    Puedes elegir dejar de manejar auto si te es posible. Mejoras tus niveles de estrés y el medio ambiente.

    En su lugar puedes subirte en una bici y descubrir un ritmo de vida que es bueno para la salud, para el aire y tu mente.

    Disfruta el instante

    En palabras de un sabio monje vietnamita llamado Thich Nhat Hanh y autor de Momento presente, momento maravilloso (Dharma), las meditaciones son el remedio contra el estrés diario, empezando por el acto de abrir la ventana y respirar.

    O al abrir el grifo y sentir el roce del agua, salir caminando y meditar en acción, escuchar el smartphone y no sentir urgencia de contestar en el acto.

    Pausas conscientes

    El ritmo de vida caótico de la ciudad suele tener un efecto de arrastre que nos jala a todos a la vorágine de preocupaciones, sentido de la urgencia y desencadena en altos picos de estrés.

    Para evitar y minimizar todo esto como antídoto se recomienda hacer. Pausas conscientes para recuperar el timón del tiempo. Cada dos horas conviene hacer un alto en nuestra tarea para realizar estiramientos y ventilar las ideas.

    Paréntesis temporales o instantes sagrados en los que no permitiremos que nada interfiera en nuestro ritmo interior. Incluso en horas laborales puedes buscar tener tiempos en los que no permites interferencias, sobre todo de la tecnología (correo, sms, whatsapps, redes sociales, etc).

    Ya lo sabes, dale algo de espacio a la idea de tener que pausar y practicar alguna técnica para minimizar el estrés en el que la mayoría está sumido y busca esos momentos para tener una vida plena y llena de bienestar.