Cristian Castro revela que aún toma biberón y genera controversia con supuesto emprendimiento “mamilas” de lujo para adultos.
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Cristian Castro vuelve a sacudir la conversación en redes y programas de espectáculos, no por un nuevo sencillo ni por un romance fugaz, sino por un gesto tan insólito como personal: beber leche en biberón siendo adulto. La chispa se encendió otra vez cuando la periodista Shanik Berman lo confirmó en el canal de YouTube Faisy Nights, desatando una ola de memes, debates y curiosidad por la extraña costumbre del intérprete de “Azul”.
Aunque el rumor circula desde 2018 —cuando su exesposa Gabriela Bo reveló que él pedía cada noche un biberón preparado por el servicio doméstico—, el propio cantante ha preferido abrazar la anécdota antes que negarla. De hecho, en una entrevista con Radio Mitre explicó que el hábito le resulta práctico y relajante: “Lo de la mema [biberón] me encanta… es comodísimo para cuando juegas a la Play, o estás en la cama o un sillón… en lugar de tener el vaso que se te va a caer”.
Lejos de avergonzarse, Castro incluso fantaseó públicamente con convertir esa rutina en negocio. En 2020 anunció su deseo de lanzar una línea de biberones premium para adultos, proyecto que —según él— aprovecharía el humor y la nostalgia: “Aparte estoy queriendo hacer una como marca de memas como para adultos, te juro que es buena idea, me la dio una amiga esa idea y está bastante buena. La gente siempre se burla, pero no hay problema, yo sigo siendo chico, no me gusta crecer. Nunca me gustó realmente tanto esta onda de crecer, yo me quedé como en la secundaria”.
Durante la reciente emisión de Faisy Nights, la presentadora Mariazel interrogó a Shanik Berman sobre la veracidad del “mito” y obtuvo una respuesta contundente: “Sí, yo también lo he hecho, ¿tú no?”.
Berman relató que empezó a beber en biberón tras el nacimiento de sus hijas: “Cuando nacieron las nenas [sus hijas] tomaban todas mamila y entonces empecé a tomar mamila y es muy reconfortante. O sea como que te regresa a tu mamá o cómo puede ser, no sé, pero es delicioso”.
Especialistas consultados por la prensa coinciden en que ciertos rituales asociados a la infancia pueden funcionar como válvulas de escape frente al estrés cotidiano. Aunque no hay estudios clínicos específicos sobre el biberón en adultos, la práctica encaja en una serie de tendencias que buscan bienestar emocional a través de objetos o rutinas que evocan seguridad y nostalgia.
Al final, Cristian Castro demuestra que, más allá de juicios ajenos, cada quien elige su forma de sentirse cómodo y auténtico, incluso si eso implica aferrarse a un biberón mientras canta baladas o reta a la consola.