Jaco Nel nunca imaginó que el amor incondicional que su perro sentía por él desencadenaría una tragedia de consecuencias devastadoras y permanentes en su vida
Únete al canal de Whatsapp de WapaEs bien sabido que el perro es considerado el mejor amigo del hombre, y Jaco Nel, un destacado doctor originario de Inglaterra, comparte esta creencia al ser un ferviente amante de estos adorables compañeros de cuatro patas. Sin embargo, nunca imaginó que su fiel mascota sería el desencadenante de todas las desgracias que actualmente enfrenta.
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Jaco Nel disfrutaba de un tranquilo día jugando con su perro Harvey, un adorable coker spaniel, de solo años de nacido. Sin embargo, todo cambió cuando notó un pequeño arañazo en su mano. No le tomó atención al ser algo muy insignificante. Pero, en un trágico giro del destino, el perro, al ser muy cariñoso con él, decidió lamerle justo en esa herida.
Lo que parecía algo sin importancia, se terminó convirtiendo en una cadena de sucesos que alteraría su vida por completo. El reconocido doctor sufrió un shock séptico que lo dejó al borde de la muerte: perdió sus piernas, dedos y acabó con la boca y nariz desfigurada
La septicemia, una de las principales causas de muerte por infección en el mundo, cobró protagonismo en la vida de Nel. Aunque logró sobrevivir, las secuelas físicas y emocionales fueron abrumadoras. La desfiguración de su rostro le dificulta la capacidad de hablar, sus riñones dejaron de funcionar y tuvo que someterse a diálisis. Además, permaneció en coma durante cinco angustiantes días en el hospital.
Como medida preventiva para proteger a otros de una posible infección, Nel se vio obligado a tomar una decisión desgarradora: sacrificar a su amado perro. El caso de Jaco Nel ejemplifica la severidad y el impacto devastador que puede tener la septicemia en la vida de una persona. Aunque logró superar la enfermedad, su camino hacia la recuperación está plagado de desafíos físicos y emocionales que lo acompañarán de por vida.
“Supe desde casi el principio que acabaría perdiendo las piernas y los dedos, pero no estaba seguro de lo que le pasaría a mi cara. Perdí la punta de la nariz y mis labios tienen cicatrices. Me cuesta hablar y también tengo dificultades para comer”, explica Jaco Nel, quien es un reconocido médico en Inglaterra.
Nel ha compartido su experiencia de cómo comenzó a notar los primeros síntomas de lo que parecía ser una simple gripe. Sin embargo, en cuestión de horas, su estado se deterioró rápidamente, experimentando confusión y desorientación. Fue en ese momento cuando su pareja regresó a casa y se encontró con una escena alarmante, por lo que de inmediato solicitó ayuda a los servicios de emergencia.
“Cuando me desperté tuve un shock al ver que tenía prácticamente el cuerpo entero negro: la cara, las manos, las piernas, debido a los daños en los tejidos causados por la coagulación anormal de la sangre, que es algo que pasa por el choque séptico”, relató a la cadena BBC.
La septicemia es para la organización mundial de salud (OMS) el proceso cuando el sistema inmunitario se sobrecarga, provocando una respuesta ante una infección que impide la coagulación de la sangre de forma normal. De esa manera, se generan pequeños coágulos que cortan la circulación de la sangre.
La clave es su diagnóstico temprano. Si se trata en los inicios de la enfermedad, el riesgo de muerte disminuye. No obstante, lo difícil es identificar los casos de septicemia debido a que los síntomas son muy variados, y pueden confundirse con la de una simple gripe.