"Nos avergüenza", dijo César Hildebrandt sobre el presidente Pedro Castillo y su cuestionado desenvolvimiento oral durante sus intervenciones en reuniones internacionales a los que asiste como representante máximo del Perú.
Para el director del Semanario de Hildebrandt en sus Trece, el mandatario perjudica la imagen del país ante su falta de preparación respecto a su forma de hablar cada vez que sale de viaje.
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“Castillo, que encarna a la nación constitucionalmente hablando, nos avergüenza de modo multitudinario cada vez que decide viajar”, opinó en su semanario.
Por ello, el periodista consideró necesario que el Congreso no le dé permiso para que viaje, pero cree que lo seguirán haciendo porque “los tours congresales son parte del canje de favores”.
Además, Hildebrandt recordó la formación académica que dice tener el jefe de Estado, como profesor, y que ha ejercido enseñando en colegios de su natural Chota. No obstante, señaló que Castillo Terrones no era profesor, sino “un impostor”: “¿Qué de bueno puede enseñar en castellano un señor que no habla castellano, sino un dialecto escabroso?”.
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“No merecemos un presidente que desperdició su vida y se dedicó a enseñar lo que no había aprendido (...). Si Castillo manchase el magisterio con su vasta ignorancia en una escuela de Tacabamba, eso sería una desgracia. Pero el daño tendría dimensiones comarcales y quizá hasta solución rápida: un cese fulminante. Sin embargo, es el presidente que el Perú hubo de elegir para no caer en manos, otra vez, de la mafia fujimorista”, añadió.
El comunicador también criticó la forma de gobernar del profesor cajamarquino y su responsabilidad en la anulación en la compra de fertilizantes por parte de la Contraloría.
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“¿Gobernar? ¿Puede llamarse gobierno al desorden, la desatención y la estupidez normada?”, sostuvo.
“Mi vieja, personal y arbitraria tesis se mantiene: quien masacra el idioma y se jacta sin pudor de su ignorancia, arruinará lo que toque y demostrará que el crimen y la vulgaridad son primos hermanos. En otras palabras: la roña tiende a extender sus dominios. En resumen, la segunda ley de la termodinámica. O sea, Castillo (y los suyos)”, agregó.