Nuevamente Estados Unidos se ve envuelto en un horroroso crimen que incluye el uso de una arma de fuego. En esta ocasión, el protagonista del hecho fue un niño de apenas dos años.
Según la información de la BBC, el suceso ocurrió el pasado 26 de mayo del presente año en el estado de Orlando, Florida, pero fue este último artes 7 de junio en donde la policía del condado de Orange presentó las conclusiones de su investigación.
Reggie Mabry de 26 años y su pareja, Marie Ayala de 28, vivían junto a tres niños de 5 años, 2 años y 5 meses de edad. No obstante, dentro de su inmueble ocurrió la fatalidad.
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Producto del fuerte sonido, vecinos alertaron a las autoridades quienes llegaron al recinto y descubrieron a Mabry tumbado en el suelo: se encontraba gravemente herido por una bala la espalda.
"Al principio pensaron que se trataba de un suicidio", explicó el sheriff del condado, John Mina, a la prensa local. No obstante, iniciarse los interrogatorios, uno de los menores confesó lo que había ocurrido.
En la escena del crimen, el mayor de los hijos informó a su madre y a los agentes que fue su hermano de 2 años quien le había disparado a su padre.
Marie Ayala, en su declaración a las autoridades, reveló que tras haber visto caer a su esposo gravemente herido, intentó reanimarlo cardiopulmonarmente, pero Reggie Mabry falleció durante el traslado al hospital.
Luego de emprenderse las diligencias del caso, los efectivos policiales descubrieron que Reggie Mabry y Marie Ayala eran delincuentes: ambos tenían condenas en vigor por desatención de menores y posesión de drogas.
Se encontraban con libertad condicional, por lo que estaban prohibidos de tener armas de fuego, pero hicieron caso omiso a las autoridades y esto agravaría la situación legal de la fémina de 28 años.
Las conclusiones de la entidad arrojaron que Mabry y Marie fueron negligentes al dejar una pistola Glock semiautomática de 9 mm, así como las municiones, al alcance de los menores. El artefacto se encontraba en la habitación que ellos compartían con sus hijos.
"Ahora estos niños pequeños han perdido en la práctica a sus dos progenitores: su padre está muerto, su madre está en la cárcel y uno de ellos va a tener que vivir sabiendo que disparó a su padre", agregó el sheriff John Mina.
Marie Ayala ha sido arrestada y enfrenta una acusación de homicidio involuntario por negligencia culposa, posesión de armas y municiones por un delincuente convicto y violación a la libertad condicional. De ser declarada culpable de estos cargos, podría ser condenada a 15 años de prisión.