La odisea por el pago de la indemnización e intereses empezó en el año 2015 cuando la periodista Perla Berríos se negó a leer publicidad como si fuera contenido informativo. Este hecho sucedió durante el programa noticioso ‘90 Segundos’, el cual fue considerado como presunto “incumplimiento de contrato”.
Un informe de Sudaca confirmó que, tras lo sucedido, la periodista fue retirada del aire y le dijeron que ya no regrese a trabajar. Además, fue impedida de ingresar al canal a pesar de mandar una carta para que cesara la hostilización en su contra por parte de varias gerencias.
“La hostilización en una empresa o institución empieza con un jefe que decide desconocer un contrato o desnaturalizarlo. Y luego la empresa o institución pública lo secunda. Es muy fácil decir: ‘no me gusta lo que haces o quién eres, entonces te maltrato, te congelo, te aíslo porque, como en teoría tengo el poder, entonces puedo mandarte a hacer lo que se me venga en gana’. Y eso no es así”, contó Berríos para Sudaca.
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Según la información de Sudaca, la periodista Perla Berríos , al darse por despedida, acudió al Poder Judicial para presentar sus descargos. El caso resultó a su favor tras ganar en primera y segunda instancia por despido indirecto, por ello, en marzo del 2018 la Corte Superior ordenó a Latina pagarle su indemnización, CTS, vacaciones y gratificaciones.
Tras la orden, la Compañía Latinoamericana de Radiodifusión SA quiso seguir el caso mediante una casación pero retiraron el recurso para pagar lo que debían como indemnización. No obstante, dejaron de lado el monto establecido por los intereses que se habían generado desde que fue despedida. El monto calculado debía entre la fecha de despido y la fecha final del juicio, por ello, el perito judicial se encargó de realizarlo. “No habiendo ninguna de las partes presentado recurso de observación alguno contra la liquidación de intereses legales y financieros”, mencionaba una resolución posterior.
Hasta la fecha, Berríos continúa lidiando con la compañía donde trabajó por casi 10 años, ello por la negación de Latina sobre pagar los impuestos correspondientes. Es así como el 19° Juzgado Especializado de Trabajo Permanente ordenó el embargo de las cuentas de la empresa tras disponer “trabar embargo en forma de retención sobre las cuentas bancarias que pudiese tener la empresa demandada”. Dicho proceso debe pasar por varias etapas para hacerse efectivo el cobro del monto de S/11.509 que aún le deben a la periodista.
El paso a seguir era que los bancos respondan ante la orden para saber si registraban alguna cuenta a nombre de la empresa. Por ello, entre mayo y junio, el BCP, Interbank, el BBVA y otros enviaron oficios al juzgado. En caso una de las agencias tenga las cuentas de la empresa, el juzgado cobrará el dinero para luego transferirlo a Berríos.
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Ella contó para Sudaca que en ese proceso de despido tenía siete meses de embarazo y, a pesar de ello, Latina nunca se mostró dispuesta a cumplir el pago de su liquidación. Por ello, acudió a la Sunafil luego de dar a luz.
“Hoy me río, porque ya gané y sé que el pago se dará tarde o temprano. Pero en su momento padecí tremendamente. Recién había dado a luz y Latina no quería ni pagar mi liquidación, que no estaba judicializada y que por derecho me correspondía. Acudí a la Sunafil, hicieron una inspección y les dieron 24 horas para pagarme”, comenta.
Luego de un mes y medio pudo cobrar el dinero producto del despido indirecto. Ahora solo queda esperar la devolución de los costes y costos del proceso, entre ellos los honorarios de su abogado. Asimismo, aún falta la devolución de los intereses producto de este proceso.
“Nada más bajo que jugar con la estabilidad laboral de alguien que necesita el trabajo para darle de comer a su familia. En mi caso, pude defenderme gracias al estudio Blancas Bustamante, por eso le digo a las personas que no se dejen. Hay que ir de frente, no son todopoderosos”, enfatiza Berríos.