Esta es una carta abierta para un padre que se encuentra en el cielo cuidado a sus hijos. Es difícil enfrentar la muerte de un familiar, aún más cuando se trata de aquella persona que te vio crecer y dar tus primeros pasos de vida. Su ausencia es notoria cada día y no hay hora en que no recuerdes todos los momentos a su lado.
Es algo difícil de asimilar cuando llegan los días festivos y no lo ves a tu lado. Esta nostalgia, amor y dolor están reflejadas en ambas cartas para aquel padre que siempre estuvo a tu lado. A través de las palabras puedes expresarle tus sentimientos y abrazarlo siquiera en la distancia. Es así como la escritora Ana Carolina creo esta emotiva carta para todos los padres que están en el cielo.
“Para ti, mi ángel
Después de aceptar que ya te habías ido, de mirar todos esos recuerdos que me dejaste y que hoy atesoro como nunca, ahora que ya las lágrimas desaparecieron y comienzo a divertirme como antes, necesito escribirte para que sepas una sola cosa: te extraño. Miro nuestras fotos y sé que jamás volveré a sentirme como cuando estabas aquí, cuando yo era muy amada.
Sin embargo, sé que me miras todos los días, que me cuidas y me proteges desde allá arriba, donde sé que te sientes mejor, eres feliz y donde todo es paz y tranquilidad. Así que sólo por eso, he decidido seguir adelante con mi vida sin derrotarme o sentarme a llorar, porque es difícil ahora que te has ido, sin embargo, pensar que estás en un lugar mejor es mi consuelo.
Por otro lado, las cosas aquí no han cambiado demasiado. Vivo en el mismo lugar, todo parece igual, pero por alguna razón siento que jamás será como antes, porque en todo lo que hago, en todo lo que digo y en cada uno de mis movimientos, siento que estás aquí.
Por alguna razón, las tareas cotidianas más simples me recuerdan a ti, así que platico contigo todo el día, largo y tendido como cuando nos teníamos el uno al otro. Ahora que eres mi ángel sé que es correcto hablarte, que me escuches y que me acompañes a todas partes, pero aún necesito verte, tocarte y sentir un abrazo tuyo.
Sé que no debo renegar de la vida, que las cosas tienen su propio camino y no debo cuestionar al destino, pero me molesta haberte perdido, porque no importa si era el momento o no, yo simplemente jamás habría estado preparada para dejarte ir, para nunca más verte, cuando eras parte de mi mundo, y dentro de mi mundo las personas favoritas deben quedarse para siempre.
Aún me quedaba mucho por aprender de ti, de tus pláticas, de tu sabiduría, y sobre todo de tu gran corazón, aquel que un día dejó de latir, pero que en vida me llenó de cariño y mucha alegría. Fuiste y serás por siempre un modelo a seguir, así que gracias por darme tanto y perdón si yo te di tan poco. Te estaré esperando feliz hasta el día que la vida nos vuelva a unir. Seremos amigos por siempre, te lo prometo. Con amor, quien más te extraña y adora en este mundo”.
Esta carta está dirigida para aquel padre que está en el cielo, pero que siempre vive en tu corazón:
"Querido papá:
Muchas gracias por formar parte de mi vida y acompañarme en cada paso que di. Sin ti no hubiera podido aprender a cuidarme y defenderme, aunque ahora me haces tanta falta que quisiera volver en el tiempo. Te extraño cada día y en cada minuto, siento que aún sigues presente en mi vida. Agradezco tener un padre tan bueno y amoroso, que siempre estuvo cuando más lo necesité.
A veces me molesto conmigo misma por no haber podido pasar más tiempo a tu lado, sin duda te daría cada minuto del día si pudiera. Sé que debo ser fuerte, pero no puedo sin ti. Tú me enseñaste a nunca rendirme y ni dejar de sonreír. Así que, aunque me haya faltado tiempo de disfrutar tu increíble compañía, no me arrepiento de cómo pasaron las cosas.
Por eso desde acá, desde nuestro lugar secreto, te mando todos los abrazos que no alcancé a darte, porque, aunque fueron muchos, tal vez jamás serían suficientes. Te mando mis sonrisas y todas mis alegrías, todo lo hermoso que poco a poco voy conociendo de la vida, todo lo que llena mi corazón de buenos deseos. Yo nunca te olvidaré, por eso puedes tener la certeza de que siempre estarás en mi corazón.
Te extrañaré en los domingos de familia y todas las navidades, te necesitaré el día de mi boda y cuando me enteré de que seré madre, esos días estoy segura de que te extrañaré más que nunca, porque incluso en los días más normales y cotidianos ya te extraño tanto. Gracias por ser mi padre, gracias por estar en mi vida y cuidarme en cada paso."