Megan Fox, conocida por su papel en la famosa saga Transformers como Mikaela Banes, indicó que padece de problemas de autopercepción y tiene una dura batalla contra la dismorfia corporal.
La actriz y modelo estadounidense de 35 años explicó al portal British GQ Style que sufre del trastorno dismórfico corporal que puede generar ansiedad y estrés. Pero, en qué consiste esta afección mental.
"Sí, tengo dismorfia corporal. Tengo muchas inseguridades profundas. Podemos mirar a alguien y pensar: 'Esa persona es tan hermosa. Su vida debe ser tan fácil'. Lo más probable es que no se sientan así consigo mismos", señaló Megan Fox.
Para ello, los especialistas de la salud de Mayo Clinic nos revelan que es un trastorno de salud mental en el que no se puede dejar de pensar en uno o más defectos percibidos o defectos en la apariencia, un defecto que parece menor o que no puede ser visto por los demás. Pero puedes sentirte tan avergonzado, intimidado y ansioso que es posible que evites muchas situaciones sociales.
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Cuando tienes un trastorno dismórfico corporal, te enfocas intensamente en tu apariencia e imagen corporal, y revisas repetidamente el espejo, te aseas o buscas tranquilidad, algunas veces durante muchas horas al día. Tu defecto percibido y las conductas repetitivas te causan una angustia significativa y repercuten en tu capacidad para funcionar en tu vida diaria.
Puedes recurrir a numerosos procedimientos cosméticos para tratar de "arreglar" tu defecto percibido. Después, puedes sentir satisfacción temporal o una reducción en tu angustia, pero a menudo la ansiedad regresa y es posible que reanudes la búsqueda de otras maneras de arreglar tu defecto percibido.
El tratamiento del trastorno dismórfico corporal puede incluir terapia cognitivo-conductual y medicamentos.
Los signos y síntomas del trastorno dismórfico corporal incluyen los siguientes:
Estar extremadamente preocupado con un defecto percibido en la apariencia que los demás no pueden ver o que parece poco importante
Fuerte creencia de que tienes un defecto en tu apariencia que te hace feo o deforme
Creencia de que otros perciben especialmente tu apariencia de una manera negativa o se burlan de ti
Tener comportamientos dirigidos a arreglar u ocultar el defecto percibido que son difíciles de resistir o controlar, tales como mirarse frecuentemente el espejo, arreglarse o rascarse la piel
Intentar ocultar los defectos percibidos con el estilo, el maquillaje o la ropa
Comparar constantemente tu apariencia con la de los demás
Buscar con frecuencia la aprobación de tu apariencia por parte de los demás
Tener tendencias perfeccionistas
Buscar procedimientos cosméticos con poca satisfacción
Evitar situaciones sociales
La preocupación por tu apariencia y los pensamientos excesivos y los comportamientos repetitivos pueden ser indeseables, difíciles de controlar y consumirte tanto tiempo que pueden causar una gran angustia o problemas en tu vida social, trabajo, escuela u otras áreas de funcionamiento.
Puedes enfocarte excesivamente en una o más partes de tu cuerpo. La característica en la que te enfocas puede cambiar con el tiempo. Las características más comunes con las que la gente tiende a obsesionarse incluyen:
Rostro, como la nariz, cutis, arrugas, acné y otras imperfecciones
Cabello, como apariencia, adelgazamiento y calvicie
Apariencia de la piel y las venas
Tamaño de las mamas
Tamaño y tono muscular
Genitales
La preocupación de que la constitución de tu cuerpo sea demasiado pequeña o no lo suficientemente musculosa (dismorfia muscular) ocurre casi exclusivamente en los hombres.
La comprensión acerca del trastorno dismórfico corporal varía. Puedes reconocer que tus creencias acerca de los defectos percibidos pueden ser excesivas o no ser ciertas, pensar que probablemente son ciertas, o estar absolutamente convencido de que son ciertas. Cuanto más convencido estés de tus creencias, mayor será la angustia y la perturbación que puedas experimentar en tu vida.
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La vergüenza y la pena acerca de tu apariencia pueden impedir que busques tratamiento para el trastorno dismórfico corporal. Pero si tienes algún signo o síntoma, consulta al proveedor de atención primaria o a un profesional de la salud mental.
Por lo general, el trastorno dismórfico corporal no mejora por sí solo. Si no se trata, puede empeorar con el tiempo y provocar ansiedad, facturas médicas extensas, depresión grave e incluso pensamientos y conductas suicidas.