La pandemia del coronavirus todavía no está controlada, pero hay quienes nunca dejaron de enfrentar a otra peligrosa enfermedad: la inseguridad. Eso ocurrió en Inglaterra, donde una víctima del SARS-CoV-2 sufrió el robo de su tarjeta de crédito por parte de la enfermera que vigilaba su progreso en el Heartlands Hospital.
Si bien pudo cumplir su objetivo, las cámaras de seguridad instaladas en el centro médico captaron sus movimientos y permitieron a la policía atrapar a Ayesha Basharat, de 23 años, quien aprovechó el deceso de una mujer de 83 años para hacerse con sus pertenencias y comprar snacks.
De acuerdo a Birmingham Crown Court, la profesional de la salud aprovechó su momento de descanso en el pabellón de coronavirus para usar la tarjeta en la máquina expendedora usando el teclado sin contacto 17 minutos más tarde de confirmarse el fallecimiento de la adulta mayor, el pasado 28 de enero del presente año.
La enfermera quiso repetir la misma acción en horas posteriores, pero la tarjeta había sido bloqueada y los agentes procedieron al arresto donde confiscaron el dispositivo de pago. Asimismo, obtuvieron como respuesta que todo formaba parte de un malentendido.
"Ella afirmó haberla encontrado y confundido con su propia tarjeta, pero eran de diferentes colores", informaron las autoridades a BBC Mundo.
Para Andrew Snowdon, detective del caso, el accionar de Ayesha Basharat fue catalogado como un "abominable abuso de confianza" que generó mucha preocupación a los familiares de la víctima: "Tenían que aceptar la muerte de un ser querido de Covid cuando descubrieron que faltaba la tarjeta bancaria", dijo.
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La enfermera admitió su culpa en el Tribunal de la Corona de Birmingham, el último 9 de junio, y fue sentencia a dos períodos de cinco meses consecutivos, ambos suspendidos por 18 meses, evitando asistir a prisión.