En la búsqueda de la tan ansiada inmunidad de rebaño, millones de personas en el mundo han recibido las primeras o segundas dosis de la vacuna contra la COVID-19. Con ello, las poblaciones vulnerables priorizadas están más protegidas ante una eventual infección por coronavirus.
Es importante aclarar que la respuesta inmunitaria va más allá de los anticuerpos, ya que existen células (B y T) que pueden "recordar" al coronavirus. Estas se producen tanto con una infección natural como por vacunas. Entonces, es posible que una persona tenga pocos anticuerpos, pero tendrá células que reaccionarán cuando estén frente al agente que causa la enfermedad, en este caso la COVID-19.
Sin embargo, hay personas que no desarrollan una respuesta inmune, incluso después de recibir la primera dosis. A esto se le conoce como ‘fallo vacunal’ y es poco frecuente. En el caso de las vacunas contra la COVID-19, la evidencia científica muestra que las vacunas disponibles producen anticuerpos en las personas. Es importante aclarar que cuando una persona desarrolla una respuesta inmune insuficiente y luego enferma, no se habla de fallo vacunal, así sostiene la Asociación Española de Pediatría.
Existen diversos test para detectar el nuevo coronavirus. Entre ellas se encuentran las pruebas serológicas (conocidas como rápidas). Estas se pueden utilizar para conocer si hemos generado anticuerpos después de la inoculación de una vacuna o tras haber tenido la enfermedad. Se suelen usar para conocer si una persona ha tenido la enfermedad.
“Mediante las ‘pruebas serológicas’ se puede detectar la presencia de anticuerpos contra un virus dado”, precisa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Las pruebas serológicas no detectan al virus sino a los anticuerpos (defensores) que aparecen cuando el organismo trata de defenderse de la infección. Estas pruebas se toman con una muestra de sangre que se obtiene cuando la persona tiene más de una semana con los síntomas de la enfermedad”, explica el Ministerio de Salud.
María Montoya, jefa del grupo de Inmunología Viral en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC), aclara a El País que “para saber si la vacuna que se le ha administrado ha generado anticuerpos en su organismo solo tiene que hacer un test rápido de anticuerpos contra la proteína S [que es la parte del coronavirus que sirve como llave de entrada a las células”.
En tanto, la Dra. Elitza Theel, directora del Laboratorio Serológico para Enfermedades Infecciosas en Mayo Clinic, refiere, además, que las pruebas serológicas son útiles, porque permiten conocer cuántas personas dentro de una población tienen anticuerpos contra una enfermedad.
“Saber el verdadero número de personas que han desarrollado una respuesta inmunitaria al virus es un componente importante de la reacción por parte de la salud pública ante la pandemia, porque da una mejor idea de la cantidad real de personas infectadas, incluida la gente con síntomas leves que no busca atención médica y quienes están completamente asintomáticos", detall.
"Estas pruebas también permiten entender mejor las características de la transmisión del virus y vigilar su propagación con el tiempo por una comunidad o una región. A nivel individual, las pruebas serológicas sirven para identificar a la gente con anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y que podría ser apta para donar plasma que luego puede administrarse a personas muy enfermas a fin de ayudarlas a combatir la infección”, añadió.
Para medir la respuesta celular generada por la enfermedad o por la vacuna es mucho más difícil. Los exámenes de laboratorio para este fin son complejas y no suelen estar disponibles para el público en general, aclaran los investigadores.