Tener un oxímetro es casa es sinónimo de estar preparado para afrontar un caso grave por coronavirus; sin embargo, cuando los niveles de saturación baja en una persona asintomática es muy difícil de reconocer. Ante ello, las interrogantes que se hacen muchos es: ¿Qué hacemos?, ¿A dónde lo llevamos?, ¿Necesita una cama UCI?
Vale recalcar que el oxímetro o pulsioxímetro tiene la función de medir cuánto porcentaje de la sangre transporta oxígeno, marcando un "nivel de alerta" cuando el dispositivo empieza a descender del 92%.
El médico infectólogo, el Dr. Eduardo Gotuzzo, confirmó que durante la primera ola de casos por COVID-19, alrededor del 15% de víctimas mortales perdieron la batalla contra el SARS-CoV-2 desde sus hogares: "Les decían quédate en casa, pero no les dábamos signos de alarma", dijo en diálogo para Canal N.
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"Tenemos los oxímetros, si una persona tiene cuatro o cinco días, probaron que es COVID, le dieron un tratamiento y sigue bajando la saturación, esa persona requiere oxígeno o que sea transferida a un hospital", añadió.
Para el especialista, si no hay un oxímetro a la mano, existe un ejercicio muy fácil de realizar para asegurarnos que los pulmones están funcionando de manera adecuada. "Toma aire para respirar, ahora sin botar, comienza a contar hasta 10. Si no llegas ni a 6, es una medida clínica que nos advierte algo".
De igual manera, la Dra. Tania Zertuche, miembro del equipo de atención a pacientes COVID de TecSalud, detalló los síntomas que presenta una persona que empieza a bajar su nivel de saturación:
- Sensación de falta de aire
- Mareos, y/o náuseas
"Si normalmente puedo realizar ciertas actividades -como subir escaleras- sin que me falte el aire y de repente empiezo a notar que me fatigo más o me falta más el aire, podría ser un indicador", dijo la experta.