El asma es un problema de salud global, con alrededor de 300 millones de personas afectadas, sus complejos mecanismos fisiopatológicos, diversos factores de exposición ambiental y geográfica, edad de inicio, carga genética, acceso a servicios de salud de calidad, comorbilidades, adherencia al tratamiento y respuesta al mismo, y gravedad de sus distintos fenotipos clínicos contribuyen a que la afección tenga un impacto muy importante en los sistemas de salud de todos los países alrededor del mundo.
El médico neumólogo Rafael Reaño, gerente médico de las líneas respiratoria y alergia en GlaxoSmithKline Perú S.A., indica que "el asma es una enfermedad que no se puede curar, pero puede ser controlada identificando a tiempo los factores que desencadenan esta enfermedad y con el tratamiento adecuado con el cual los pacientes pueden disfrutar de una buena calidad de vida".
Los síntomas del asma varían según la persona. Es posible que el paciente tenga ataques de asma con poca frecuencia, síntomas solamente en ciertos momentos, o a cada momento.
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Los signos y síntomas del asma comprenden:
Falta de aire
Dolor u opresión del pecho
Sibilancias al exhalar, que es un signo común de asma en los niños
Problemas para dormir causados por falta de aliento, tos o sibilancia al respirar
Tos o sibilancia al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfriado o gripe
Hay otros desencadenantes, como el aire frío, las emociones fuertes (miedo, ira) o el ejercicio físico. Algunos medicamentos también pueden desencadenar ataques de asma, como el ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios no esteroideos o los betabloqueantes (fármacos utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial, algunas enfermedades cardiacas o la migraña).
Una vez identificados el asma, signos y síntomas es importante aclarar aquellos conceptos erróneos comunes que rodean esta enfermedad:
Mito: El asma es una enfermedad infantil y puede superarse con los años
Verdad: El asma puede ocurrir a cualquier edad, niños, adolescentes, adultos y ancianos, aunque es cierto que en algunos casos da la impresión de que el asma desaparece a medida que pasen los años, la realidad es que esas personas ya no sufren los síntomas.
Mito: Los pacientes con asma no deben hacer ejercicio
Verdad: Normalmente respiramos por la nariz, calentando el aire antes de su llegada a los pulmones. No obstante, durante el ejercicio solemos cambiar y respirar por la boca, lo que permite que el aire frío se convierta en un desencadenante de síntomas de asma en algunas personas.
Sin embargo, mientras se mantenga la enfermedad bien controlada, hacer ejercicio siempre es bueno. Puede mejorar la función pulmonar, proporcionar más resistencia y disminuir la falta de aire.
Mito: Solo se necesita un inhalador cuando se presenta un ataque de asma
Verdad: Los inhaladores de rescate solo están destinados a personas que tienen síntomas. Pero un inhalador de prevención actúa de manera muy distinta y esto, en ocasiones, puede crear confusión.
Según el portal "Salud para ti", todas las personas con asma deben disponer de un inhalador para el alivio de los síntomas, ya que este actúa ensanchando las vías respiratorias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el asma es muy importante desde el punto de vista de la salud pública. Aunque no se puede curar, el padecimiento se puede controlar con un tratamiento adecuado, gracias al cual los pacientes pueden disfrutar de una buena calidad de vida.
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El control de la progresión del asma grave y la reducción de sus reagudizaciones y las muertes requiere la administración de medicamentos, tales como los corticosteroides inhalados.
Cabe mencionar que los pacientes con síntomas persistentes deben tomar diariamente medicamentos a largo plazo para controlar la inflamación subyacente y prevenir los síntomas y las exacerbaciones.