Una investigación, realizada la última semana, arrojo como resultado que más de la mitad de los pacientes y del personal de un hospital irlandés padecieron cansancio persistente luego de haber superado el coronavirus, sea cual fuere la gravedad de su infección.
La fatiga es un síntoma común en las personas que presentan una infección sintomática del SARS-CoV-2. Sin embargo, "las consecuencias a medio y largo plazo de la infección no están aún exploradas", detalló el Dr. Liam Townsend del hospital Saint James, en Dublín, coautor del estudio publicado en la revista MedRxiv.
De los 128 participantes (con una edad media de 50 años), el 52% (unos 67) mantuvo un cansancio persistente durante las pruebas realizadas diez semanas después de su "curación clínica".
Según el estudio, esto ocurrió de forma independientemente de la gravedad de su infección inicial. Del universo seleccionado, 71 personas requirieron hospitalización y 57 desarrollaron una forma benigna de la infección provocada por el nuevo coronavirus.
"La fatiga (...) afectó a los dos grupos de igual forma", comenta el Dr. Townsend. Las mujeres (54% de las participantes en el estudio) representaron, en cambio, las dos terceras partes de las personas (67%) que sufrieron fatiga de manera persistente.
Los autores recomiendan nuevas investigaciones para evaluar el impacto a largo plazo del coronavirus en las personas que superaron la enfermedad. "Nuestros resultados demuestran una carga importante de fatiga posviral en las personas que tuvieron covid-19".
Asimismo, los especialistas también abogan por una "intervención precoz" y por la utilización de métodos "no farmacológicos" para hacer frente a la fatiga, y que estas medidas estén adaptadas a las necesidades individuales de los pacientes.
Es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto este nuevo virus como la enfermedad que provoca eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan, China, en diciembre de 2019.