Israel iniciará a probar una posible vacuna contra la COVID-19 en humanos a partir de octubre, informó el ministro israelí de Defensa, Beny Gantz.
El Instituto de Israel para la Investigación Biotecnológica, dependiente del Ministerio de Defensa, comenzará los test con personas en unos dos meses, lo que podría suponer la fase final para elaborar el ansiado antídoto contra el coronavirus.
"El producto está a mano", indicó Shmuel Shapira, director general del instituto, que trabaja desde hace meses en el desarrollo de la vacuna, la cual aún debe pasar procesos regulatorios y los ensayos en humanos, pero aseguró que todo marcha como lo esperaban.
Las ensayos se harán en coordinación con el Ministerio de Sanidad, "según todos los procesos requeridos en seguridad médica", precisó Gantz, quien visitó el centro de investigación para conocer los últimos avances, y concretó que todo se pondrá en marcha después del período de festividades judías que acaba a mediados de octubre.
En junio, de acuerdo a información de medios locales, el centro probó con éxito la vacuna en roedores, una etapa preliminar clave para su desarrollo que puede seguir con otros animales y, por último, pasar a la experimentación con humanos, un paso final para comprobar la efectividad y posibles efectos secundarios de la vacunación.
El instituto, igual que otros centros científicos israelíes y de todo el mundo, trabaja contrarreloj para hallar algún antídoto contra la COVID-19 desde el inicio de la pandemia. En mayo, consiguió desarrollar anticuerpos que neutralizan el virus, y que podrían servir para acelerar la creación de fármacos.
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Todo ello se produce mientras Israel sigue en una fuerte segunda ola de coronavirus y en una situación económica frágil, lo que ha hecho crecer el malestar popular contra la gestión gubernamental.
El país comienza a alejarse de los 2.000 casos diarios que alcanzó en julio, pero los últimos tres días siguió superando ampliamente el millar, y registró entre 1.800 y 1.700 infecciones por fecha, lo que refiere con claridad que la proliferación de la enfermedad no está controlada.
Las autoridades se han puesto un margen de dos semanas para aplanar la curva y decidir si vuelven al confinamiento o a medidas de cierre parciales o totales, restricciones que por ahora se resisten a imponer y así evitar mayores daños en la economía.
Israel -con unos nueve millones de habitantes- contabiliza hasta el momento más de 78.000 contagios y un total de 569 fallecidos. Con información de EFE.