Un grupo de investigadores de la Universidad de Zhejlang, en China, reveló que el COVID-19 ha adquirido las “mutaciones suficientes como para modificar sustancialmente su patogenicidad”, donde hallaron que algunas cepas podían ser hasta 270 veces más virulentas.
A comparación del virus que llegó primero a Europa y luego a Estados Unidos, los expertos reconocen que la proliferación del microorganismo es “más agresiva” de las que aparecieron en la ciudad de Wuhan, lugar donde inició el brote epidemiológico.
Dicho estudio fue confirmado por científicos de la Universidad británica de Sheffield y el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Estados Unidos, quienes ratificaron el trabajo de investigación que afirma haber encontrado una nueva cepa del coronavirus.
La raíz del COVID-19 ha logrado volverse “más contagiosa” que las versiones que se expandió durante las primeras semanas de la pandemia. Sin embargo, a falta de una verificación por partes, los expertos decidieron compartir su hallazgo en el servidor “biorXiv”.
Los investigadores de la Universidad de Sheffield y del Laboratorio Nacional de Los Álamos señalan que la nueva cepa del virus apareció en Europa durante las primeras semanas de febrero y emigró rápidamente a la costa este de Estados Unidos.
Según el estudio, liderado por el doctor Bette Korber y sus colegas, observaron que, además de propagarse de manera veloz, la nueva cepa del coronavirus es capaz de hacer que las personas sean vulnerables a una segunda infección.
La mutación que diferencia a esta cepa del COVID-19 se basa en las espículas que sobresalen de la superficie del virus, las cuales le permiten acoplarse a las células humanas: “sentían la necesidad urgente de dar una alerta temprana”, aseguran los autores.
El informe también apunta que en todos los lugares donde la nueva cepa del coronavirus aparecía, era capaz de infectar a grandes cantidades de personas que las versiones anteriores del SARS-CoV-2 salidas de Wuhan, China.