Durante la infancia nuestro organismo empieza a realizar algunos cambios y entre ellos está los “dientes de leche”, los cuales son reemplazados por otros que duraran durante toda la etapa adulta. Pero, ¿sabías que estas primeras piezas dentales guardan una gran cantidad de células madre?
Una de las costumbres más conocidas que nuestros padres nos han hecho creer y que venido continuando con los años es que cuando se salían los primeros dientes de la infancia, se ponía debajo de la almohada para el ratoncito Pérez se lo llevara y que a cambio nos dejaba una moneda como en modo de recompensa por su valor.
Y es cierto, estos primeros dientes son como cofres que guardan en su interior un tesoro que podría curar a su hijo en un futuro. Esto luego que un estudio científico realizado por el Centro Nacional para la Biotecnología de los Estados Unidos y compartido en el portal El Mundo, revelara que las primeras piezas dentales contienen células madre que, por haber estado menos expuestas a daños medioambientales, pueden ser de gran ayuda para regenerar otras partes del cuerpo dañadas. Y sin riesgo de rechazo.
Tras llegar a esta conclusión que trae beneficios a las personas en un futuro, en Estados Unidos han comenzado a proliferar los bancos de dientes de leche. Y desde allí se están extendiendo al resto del mundo.
De acuerdo a la información del estudio, los dientes son una valiosa fuente de células madre, las que se encargar de dar origen a los tejidos y órganos como el hígado, el corazón, los huesos o los ligamentos. Es lo que se conoce como medicina regenerativa.
En tanto, es importante mencionar que conservar estas piezas dentales tienen un costo elevado, en España los precios oscilan entre los 600 y los 2.500 euros anuales, y el interesado podrá disponer de sus células madre dentales durante 20 o 25 años.