La mayoría de personas hemos vivido en algún momento un episodio dramático que ha marcado nuestras vidas. Sin embargo, algunos de estos casos (secuestro, muerte violenta de un familiar, guerra, etc.) pueden ser demasiado chocantes para algunas personas y termina generando un trastorno psiquiátrico conocido como el síndrome de estrés postraumático.
Es preciso indicar que es necesario diferenciar este síndrome de otras problemáticas originadas a causa de situaciones de la vida “cotidiana”, como un divorcio, problemas económicos o conflictos familiares.
Hace poco, Ariana Grande, sorprendió a todos sus fans luego de confesar que padece esta enfermedad y que se la diagnosticaron luego del ataque terrorista en Manchester Arena de 2017.
La cantante publicó una imagen donde comparó un cerebro normal con el suyo, afectado por el trastorno de estrés post traumático. La cantante escribió “Hilarante y aterrador. No es una broma”.
Como se recuerda, el 22 de mayo del 2017, durante el concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena, ocurrió un atentado suicida que dejó 22 muertos y cientos de heridos. La penosa tragedia enlutó la ciudad de Manchester.
Por otro lado, se dice que las personas que padecen este síndrome, sufren pesadillas frecuentes que rememoran la experiencia trágica vivida en el pasado.
Los especialistas no saben a ciencia cierta por qué un hecho traumático pueda generar este síndrome en algunas personas, pero no en otras. Lo que se asume es que los genes, las emociones y la situación familiar de cada persona es distinta, por lo que su reacción es igual de diferente.
Las causas que podrían provocar estrés postraumático pueden ser:
Un robo, violación o ser víctima de la violencia de género.
Terrorismo o una guerra.
Encarcelamiento o un accidente automovilístico.
Desastres naturales.
La aparición de los síntomas no necesariamente se da al poco tiempo de hacer sucedido el acontecimiento causante, en algunos casos, la patología se manifiesta años más tarde. Los signos más característicos son:
- Alucinaciones con la idea de que se repite el hecho traumático.
- Ansiedad extrema al entrar en contacto con las personas, lugares o cualquier circunstancia que recuerde el acontecimiento.
- Rememoración del trauma (flashbacks), pesadillas o recuerdos instantáneos e involuntarios en cualquier momento del día.
- Perder el interés por las aficiones y diversiones.
- Sentirse psíquicamente distante, entumecido y paralizado ante cualquier experiencia emocional normal.
- Palpitaciones, dificultad para respirar y secreción elevada de sudor cada vez que se recuerda el hecho desencadenante.
- Mostrar signos de hiperactividad: dificultad para dormir, irritabilidad, incapacidad para concentrarse o alarmarse con mucha facilidad.
Finalmente, se ha llegado a la conclusión de que las personas que reciben apoyo psicológico y consejos especializados inmediatamente después de sufrir el hecho traumático, son menos propensas a padecer el síndrome de estrés postraumático.
Pese a ello, el 75% de los pacientes tratados abandona la terapia ya que el proceso es a largo plazo, lo que explica el alto grado de abandono del tratamiento.