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15 Mar 2019 | 15:04 h

“Vamping”: el nuevo fenómeno tecnológico que reduce la calidad del sueño

Utilizar aparatos electrónicos antes de dormir influye en el aumento de peso.

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    La tecnología se hecho parte indispensable de nuestras actividades por lo que llevamos el celular o Tablet a todos lados, incluso para ir a dormir; sin embargo, utilizan aparatos electrónicos durante la noche, reduciendo las horas necesarias de sueño para lograr un buen descanso.

    Este nuevo hábito de utilizar aparatos electrónicos antes de dormir que tiene como consecuencia reducir las horas de sueño, es un fenómeno en auge, sobre todo en los niños y adolescentes que ahora es denominado “vamping”.

    “El vamping, es decir, utilizar las nuevas tecnologías antes de dormir, tiene efectos negativos para la salud, ya que la luz de las pantallas afecta a la calidad del sueño y a nuestro rendimiento”, explica la Dra. Ángela Milán, neuróloga de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra.

    El problema de usar pantallas antes de dormir reside en la luz azul de onda corta emitida por estos aparatos electrónicos. Para conciliar el sueño, nuestro cuerpo segrega melatonina, que es la hormona que regula el ciclo del sueño. El cerebro comienza a producir esta hormona aproximadamente dos horas antes de irnos a dormir.

    “Sin embargo, si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega esta hormona, ya que la luz detiene la producción, por lo que retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas, lo que llamamos insomnio tecnológico”, explica la especialista de la Unidad del Sueño en la que el pasado año 2018 se realizaron 625 estudios de sueño.

    “El vamping es un fenómeno nuevo que va en aumento en los últimos años, sobre todo, en los adolescentes, pero también en los niños, que tienen móviles cada vez más jóvenes”, añade. De hecho, diversos estudios muestran que la falta de sueño provocada por el uso de las pantallas perjudica en mayor medida a los niños, ya que la producción de melatonina se reduce hasta un 90% más que en el adulto. 

    Además de influir en la cantidad y en la calidad del sueño, la alteración en la segregación de la melatonina influye en el apetito. “La luz de las pantallas inhibe la producción de la melatonina, por lo que aumenta la producción de neuropéptidos, que estimula nuestro apetito y la apetencia por alimentos más grasos y dulces. Por eso, si no respetamos nuestros ciclos de sueño y, además, utilizamos pantallas antes de dormir, alteramos el proceso natural, por lo que tenemos más hambre, nos apetecen más dulces y, por tanto, engordamos más”, explica la Dra. María Alija, endocrinóloga pediátrica.

    “Diversos estudios muestran que dormir entre tres y cinco horas menos de lo habitual lleva a consumir 385 calorías más al día, lo que conlleva un aumento de peso si se produce de forma prolongada”, añade.