La práctica de actividades deportivas es muy recomendable en todas las edades ya que les brinda disciplina y resistencia física. Pero, ¿sabes qué ejercicios debes realizar según tu edad?
El cuerpo en la adultez no es igual que en la infancia por ello es importante saber los ejercicios que se debe realizar. Para ello, Julie Broderick, profesora asistente de fisioterapida menciona al portal “theconversation” cuáles son los ejercicios adecuados, según tu edad. ¡Atenta y toma nota!
Infancia y adolescencia
En la etapa de la niñez, el ejercicio ayuda a controlar el peso corporal, desarrolla huesos saludables y promueve la autoconfianza y los patrones de sueño saludables. Por lo que recomienda realizar las siguientes actividades deportivas.
Los niños deben probar una variedad de deportes y desarrollar habilidades, como nadar y el fútbol. Asimismo, actividades físicas no programadas también son excelentes, como jugar en al aire libre.
En el caso de los adolescentes pueden practicar deportes en equipo, siempre que sea posible.
Cabe mencionar que a algunos adolescentes no les gustan este tipo de deportes. Para ellos, la natación o el atletismo pueden ser opciones a tener en cuenta para mantenerse en buena forma.
En sus 20 años
Durante este periodo, las personas de 20 pueden divertirse practicando varias disciplinas. Puede intentar jugar al tag rugby (rugby sin contacto con cintas), hacer remo o entrenamiento intenso al aire libre (con monitor).
También es importante que a esta edad se consulte con un profesional para que se pueda incorporar los ejercicios e intervalos adecuados, tales como la intensidad, la cantidad y el tipo de deporte.
A los 30 años
A partir de los 30 años, la carrera profesional y la vida familiar se convierten en una prioridad para muchas personas, por lo que es importante mantener la fuerza y la salud cardiovascular para ralentizar el lógico declive físico.
Para ello se puede realizar entrenamientos de intervalos de alta intensidad combinadas con períodos de ejercicio de intensidad reducida. Las carreras de velocidad o el ciclismo son perfectos para esta edad.
A las mujeres, en especial tras dar a luz, les favorece realizar entrenamientos que ejerciten el suelo pélvico (conocidos como ejercicios de Kegel). También su puede robar con boot camp, el spinning o el yoga.
A los 40 años
Los ejercicios que aumentan la resistencia son la mejor alternativa para optimizar la quema de calorías y contrarrestar la acumulación de grasa, esto debido que a partir de los 40 se comienza ganar grasa, según señala la especialista.
Se puede optar por los kettlebells o pesas rusas, o comience un entrenamiento de levantamiento de peso en el gimnasio. Asimismo, correr y hacer Pilates puede resultar de suma utilidad para fortalecer la parte central del cuerpo y evitar los dolores de espalda, que suelen aparecer en esta década.
A los 50 años
partir de los 50 los dolores y molestias se intensifican, a la vez que pueden manifestarse trastornos de carácter crónico, como la diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares. En las mujeres posmenopaúsicas, el riesgo de padecer dolencias cardíacas aumenta a medida que los estrógenos se reducen.
Se puede practicar actividades de fuerza dos veces a la semana para mantener su masa muscular, ejercicios en los que se soporta peso, como caminar, son muy recomendables. Pruebe algo diferente. El taichí es genial para el equilibrio y la relajación.
A los 60 años
Es habitual que las personas acumulen dolencias crónicas a medida que envejecen. Es por ello que a esta edad tiene a disminuir las actividades físicas, pero se debe procurar mantenerse activo y tratar de romper la tendencia.
Pruebe el baile de salón o cualquier otro tipo de baile; es una manera divertida y sociable de hacer ejercicio. Del mismo modo, entrene la fuerza y la flexibilidad dos veces a la semana. El aquaeróbic, puede ser una buena opción para el desarrollo de la fuerza. Continúe haciendo ejercicios cardiovasculares, como pueden ser los paseos a un ritmo ligero.
De los 70 en adelante
El ejercicio a partir de los 70 años ayuda a prevenir la fragilidad y las caídas, y es beneficioso para mantener las habilidades cognitivas. Por ello se puede optar por actividades físicas como:
Camine y hable. En lugar de recibir las visitas de familia y amigos de manera pasiva, salgan a dar un paseo juntos. Le motivará y supondrá un beneficio para su salud más que el ejercicio en solitario.
Complemente su rutina de ejercicios con actividades cardiovasculares, de fuerza y de equilibrio, consultando siempre a un fisioterapeuta u otro profesional del deporte, especialmente si sufre alguna enfermedad crónica.