Hay mucha información y bastante desinformación en cuanto al cuidado de la piel por sol. Y es justamente en estos meses, cuando los días están brillante, que sentimos la necesidad de planear escapadas, respirar aire profundo, y por supuesto, recibir toneladas de vitamina D.
Para que puedas hacerlo sin ningún problema, en esta nota te explicamos detenidamente todo lo que debes saber sobre el tipo de protectores solares que debes usar.
Comencemos por el término “alto espectro”. Este tipo de protectores te protege de los rayos UVA y UVB, altamente dañinos para tu piel. Actualmente, es el tipo de protector más común en el mercado y es el que debemos adquirir sí o sí.
También debemos considerar el tipo de filtro:
Los filtros físicos hacen efecto pantalla, es decir, reflejan y dispersan la radiación. Son sustancias muy resistentes al agua, pero forman una máscara blanca que estéticamente no queda muy bien.
Por su lado, los filtros químicos funcionar por absorción. Absorben la radiación transformándola en energía no dañina. Lo mejor es que son de una textura más agradable y proporcionan un acabado invisible.
Lo ideal sería encontrar un protector solar que mezcle ambos tipos de filtro.
Otro punto a tomar en cuenta es el número de SPF. Pero no es tan sencillo. Ya que depende de nuestra foto tipo y el índice ultravioleta de ese día en ese lugar. Lo sé, un poco complicado.
Para que no te enredes te contamos que lo más conveniente es escoger un SPF 50 o 50+ para los días de verano, y cambiarlo por uno de 30 para invierno.
Además, debemos proteger el rostro, el escote y las manos, con un bloqueador con un SPF más elevado, para así evitar los signos del envejecimiento y las manchas.
Por último, la forma correcta de aplicación es sencilla:
1. Aplicar 30 minutos antes de la exposición
2. Reaplicar cada 2 horas. No obstante, si antes de cumplir este tiempo se ha sudado mucho o y se han bañado y secado con una toalla, lo mejor es repetir la aplicación.