Dormir bien, de forma profunda y reparadora durante 7 u 8 horas cada día es casi una utopía para muchos.
Y, por tanto, dormir mal o no dormir del todo, puede poner de mal humor a cualquiera. Porque ¿puede haber algo más desesperante que ver las horas pasar sin poder pegar el ojo?
Si padeces de insomnio, es probable que ya sepas los consejos básicos que te ayudan a conciliar el sueño. Es por eso que esta vez vamos a hablar de cinco cosas muy concretas que de seguro no habías oído hablar, pero te prometemos que te ayudaran a alcanzar un sueño reparador.
No hacer la cama por la mañana y meterte en una cama desecha por la noche afecta la calidad de sueño más de lo que crees. Según un estudio que realizó la National Sleep Foundation de Estados Unidos, las personas que hacían su cama cada día eran un 19% más propensas a tener un sueño reparador la mayoría de los días. Además, 3 de cada 4 encuestados decían que dormían mejor cuando las sábanas olían a limpio.
Recupera tu despertador clásico
No es secreto que para conciliar el sueño es fundamental dejar de mirar el móvil como mínimo 30 minutos antes de irse a la cama. Incluso, los expertos recomiendan dejar el celular en otra habitación, para así evitar la tentación de mirarlo por si nos despertamos a mitad de la noche.
Sin embargo, al hacer esto, puede perjudicar otros hábitos que tenemos como el de poner la alarma para levantarte al día siguiente o escuchar canciones relajantes antes de dormir.
La solución es sencilla: recupera tu alarma, regresa a lo tradicional, y usemos el despertador de toda la vida.
Aunque no lo parezca, no es difícil encontrar este dato en las sabanas que vayamos a comprar. La National Sleep Foundation confirma que esta densidad y resistencia especifica de la tela, mantiene la temperatura del cuerpo estable y evita los típicos sudores que pueden sorprendernos a media noche.
No se confundan, no está mal leer una novela. Pero muchas veces esta nos llama la atención, nos sobreexcita y nos mantiene despiertas.
Dedicar 30 minutos a una lectura relajada, como un poema, un libro de autoayuda o con temática psicológica, nos ayudara a conseguir el sueño de forma efectiva.
Sobre todo, si tienes un mal día. Una ducha nocturna puede ser un ritual de lavado emocional que ayuda a olvidar lo ocurrido en un mal día. Además, los expertos insisten en que una ducha rápida templada es u buen inductor del sueño y una manera de preparar nuestro cuerpo para el momento de irse a la cama.